Aún

¿Sabes? Aún pienso en ti.

Hay noches en que me enredo en la almohada y me imagino que eres tu y que estás ahi, y que te sigo canturreando absurdas canciones por la noche y que te sigo haciendo reir aún cuando tu mundo se tiñe de gris y sigo acariciándome y regocigándome de ese amor que nunca tuvimos.

Es cierto. Aún pienso en ti. Aún guardo tus fotografias y te observo y pienso en lo guapo que estás cuando te sonrojas, cuando te averguenzas de que te mire tanto y te vuelves tímido, y te arrullas, y escondes esa carita de niño maduro en la almohada. Estabas tan hermoso entonces...

Y si, he de reconocerlo, mi mundo ha cambiado desde que ya no estás, mis maneras, mis movimientos, incluso mis gustos. Todo se ha configurado de nuevo desde que decidiste irte o desde que te eché de mi lado; la verdad, no sé cual es la definicion correcta. Fuese cual fuese era nuestro destino. Separarnos.

E incluso estando orgullosa de mi, de mi empeño por seguir adelante, de mis ganas de conocer y ver y sentir y renacer, aún y con todo eso, sigo pensando en ti.

Quizás tu tendencia al fracaso no se llevara bien con mis ansias de vivir, vivir, vivir, vivirlo todo, hacerlo todo, sin importar nada más que notar el viento en la piel, la acaricia afable de la brisa por la noche, el alcohol trotando por mis venas, el ardor de un beso, el estremicimiento de las caricias que no me dabas.

Quizás fueras tu o quizás fuera yo, ¿y qué más da?

Y, ¿sabes? aún pienso en ti.

Aún y cuando paseo por la calle y hay ojos que se vuelven a mirarme, cuando unas manos extranjeras exploran mi cuerpecito (que de tanto echarte de menos ha ido menguando, menguando, menguando), aún y cuando unos labios no muy diferentes a los tuyos me atropellan y me erizan la piel como tanto hubiera querido que hicieran los tuyos todo el tiempo que estuvimos jugando a ser dos idiotas, aún y cuando me adulan y me prometen el sol, la luna y todas las estrellas...yo sigo pensando en ti.