Ausencia cíclica y total.

Hola, soy nuevo en el foro, les dejo un peoma de hace un tiempo, saludos!


Ausencia

Llené de artefactos la ausencia,
de miradas ajenas los ojos míos,
de caricias boreales de hastío
el espectro fatal de la existencia.

Pedí al demonio de su ayuda y,
¿cual de todos llego primero?
el vaso hondo con brujo tesoro,
el asfixiante yugo de la locura.

Es invierno en mi mente,
el pensamiento se marchita,
el tronco virtuoso se agrieta,
me vuelvo un vaho de lo fuí.

Lo ví venir hace tiempo
cuando decidí apartarme,
desesperanza en mi desarme y
la añoranza de algún tormento.

¿Será un anhelo el sufrimiento?
placer oculto en un bosque
de máscaras eternamente alegres.
Necio contrincante del viento.

Y si es un vicio, es el peor,
pues, de nada puede acompañarse.
De haber bondad hay que alejarse
como genuino acto de amor.

 

La perversión es muy habitual, en el plano físico de existencia. Porque conjuntamente con la física y la química del Universo, hay una ley de la Entropía, o inestabilidad que tiende a aumentar. Las reacciones químicas no tienen vuelta atrás. Tiende, lo material, a envejecer y corromperse, llegando al máximo desorden. Por ello, la verdadera vida está en los espíritus.

 

Quizás tras un breve sorbo de amrita el alma abre la cerca cautiva. Vagabundea los éteres para conocer a los astros que la irradian de una energía ambivalente, como una bola de acero que péndula entre lo físico y lo etérico. Se hace así de un cuerpo, de una existencia densa en un plano distinto. Más desconozco la eternidad, pues mi espíritu recuerda los límites de esta prisión corporal en su juego con los otros cuerpos del plano. Y si, la muerte nefasta, los miasmas, incluso el tiempo hacen de guías que nos recuerdan constantemente en un susurro suave ''el espíritu es como un eterno infante que anhela mantenerse en crecimiento''. Entonces, si volvemos la vista a los objetos y los miramos atentamente, dejaremos de entenderlos, dejaremos de escuchar la voz de las cosas. Olvidaremos el alma que crece desde este cuerpo efímero. Así el alma que sabe hablar con el cuerpo, también puede tocar otra alma. Y manteniendose en el recuerdo de otrás, beberá otro sorbo de amrita. La ausencia, se torna ilusoria.