Ausencias

La conocí en julio, me enamoré
y me inundé de felicidad, como cuando era un niño
lleno de besos y abrazos, sonrisas y palabras dulces.
Al tiempo los besos nuevos
fueron como los de siempre: viejos.
Un día se cansó de todo lo que era nada
y se marchó.
No rompió el cerrojo ni azotó la puerta,
el cerrojo no tenía llave,
la puerta no tenía cerrojo
ni la casa tenía puerta.
Ella era libre de irse cuando quisiera
yo, esclavo de quedarme para contemplar su ausencia.
Eligió el ocho de agosto para llevarse todo
lo que necesitaba, dejó conmigo lo que le estorbaba:
Nuestros mañanas y mi amor por ella.
No pregunté a donde iba
porque cualquier lugar es lo bastante lejos
y todas las lejanías están condenadas al olvido.
Veintitrés días me repetí la misma pregunta:
¿Porque le fallé si tanto la amaba?
Al poco tiempo hallé la respuesta en otra pregunta:
¿Porque se fue si tanto me amaba?
Las noches algunas veces las pasé despierto
pero la noche veinticuatro me dormí temprano,
al siguiente día amaneció septiembre
y supe que era un buen día para irme
dejé la casa pero traigo conmigo su ausencia.

 

una buena narrativa de una ausencia anticipada , buen poema felicidades.