Autolesión

El sabor amargo de una luna de abril,
ventisca de frustraciones que se difunden en los campos.
Las miradas toman nuevas direcciones, construyen caminos dudosos.
La tierra respira los secretos que deambulan entre los bosques,
titila en el fondo oscuro una estrella misteriosa.
Tratan de alejarse los sueños de las tumbas,
pero se quiebran antes de haber saltado los canteros vacíos.
No volver, no recorrer con los ojos en blanco páginas marchitas.
Se sienta una emoción a ver pasar los días,
una eterna retrospección de la vida que se quería.
Cancelen la música que indica algarabía,
hoy muere en mis dedos la palabra que nos unía.
Un barquito de papel se disuelve en las aguas del corazón,
se ahoga despacio en un segundo dividido.
Ya no habrá sol que nos salve,
ya no habrá canción que nos haga despertar.
Nadie detiene la erosión de este cuerpo desnudo,
frágil ante la mirada del que ríe.
Convénceme de que esto no es cierto y te entregaré mi mejor perfume,
muestrame la realidad y seré arrasada por una helada otoñal.
Y los tejidos de mi piel se desilachan con los compases de la vida,
aquel espacio reservado es ahora un agujero sin salida.
Mi cabeza es un ropero lleno de trastos inútiles,
me da miedo abrir esta fantasía y que me aplaste contra el suelo.
Que el aire asfixie el dolor de un silencio constante.
Escurrire mi nube para bañarme una vez más de luz.



mariposagris