Avaricia y elegancia.

Me lo preguntas...
¿ Por qué una mierda ?
Sinceramente... Topé con la horma de mi zapato.
Porca miseria.


En la penumbra estoy, arrepintiéndome.


Más o menos, camino correctamente.
Reniego del Amor-Bondad, de vez en cuándo.
Dios tiene, del Televisor, el mando.
Así que en el Universo, hay imperio. No democracia.


Y eso no me hace gracia.


Que esté todo, escrito, de antemano; como en un guión de cine. Me pone tenso.
Todos los cálculos del Creador, altos, profundos, magnos y nobles.
El doble, el triple, el cuádruple de mi inteligencia.
Mil millones de veces, y un billón de veces más. ¡ Envidia sana !


Me toco el pecho. Adivino su semblante. La procesión va por dentro. No se enoja, ni se ríe.


Es un núcleo o corazón blanco-azulado.
Sus elegidos pueden sentirse queridos.
Pero yo me retiro, antes de que me ame.
Por favor, no me llames por teléfono, que me asusto. No cuentes conmigo.


¡ Soy avaricia ! Y no generosidad.


" ¿ Algún problema ?
Soy el Amor-Bondad. Jefe de todo esto.
Este muchacho me detesta. Déjenlo hablar.
¿ Toma, o no toma consciencia del peso de sus Pecados ? "


¿ Quién está ahí ? ¿ Es una broma ? Yo soy un santo varón.


" Que lo asomen al balcón. Y vea lo increíble y paulatino que es todo.
Que sepa de lo lenta que fue su crianza.
Que admire a los niños chicos, en su templanza.
Que no sea demasiado drástico ni bestia, ni contundente. "


¡ Soy avaricia !


" Es elegancia, pero no quiere reconocerlo. Está asustado, en el Mare Magnum de gente. "