Avenida del Manzanares

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Ayer marzo y las paredes mutantes
del piso apretaban más de lo normal.
Estaba anocheciendo. Como un zombie
salí a la calle con dirección al fondo
a la derecha de ningún sitio.

A mi paso
las gárgolas entrenaban sus artrosis de memoria
y religiosa urbanidad. Acabé tirando piedras
al río que abraza la ciudad.

Lanzaba piedras afiladas y mudas
como rayos o lágrimas perforantes.
Algunas por aquellos que ya no están
pero siguen estando.

Otras por todos mis errores insubsanables,
por la luz que pelea
en inferioridad militar contra el tiempo.
También por la puta dinámica de este mundo
o de alguna manera para salpicar a algún dios,
y otras solo porque sí.

En la otra orilla alguien lanzaba piedras al mismo río,
(vi piedras más grandes, ásperas
y mudas que las mías)

Nos miramos aproximadamente un minuto
parecido a media vida.

Crucé el puente.
Le dije que a veces escribo poemas raros
aptos para microondas.
Ella me contestó que conocía un bar
de los de antes,
(en el aire sonaban los 091)

Y juro que anoche las estrellas incursionaron
por unas horas
en el lado suroeste de la M-30.

En verdad era un bar de los de antes.

________

 

Me gusta mucho el poema, creo que es un momento muy real, que quizás para tí sea una inspiración
sin más, pero que se puede vivir muchas veces en diferentes circunstancias y que resulta cada vez,
tan asombroso como tu relato. Ese estado de completa interioridad de tu personaje lo he vivido con
piedras y río incluído, no con nadie que me invite a un bar, pero con el mismo espíritu tranquilizador
y hasta reconfortante que tienen tus versos hoy para mi. Y creo que esa es la verdadera belleza de este
arte, más que como lo escribes, como lo recibe el lector en el preciso momento en que lo lee y eso Luis
es invaluable. Por eso me gusta tanto leer poemas en el foro y sobretodo, dejarle saber al poeta lo que
me hizo sentir con sus letras. Gracias por compartirlo. Besito cariñosos apretados en tus mejillas.

 

Yo pienso que el "secreto" de este arte es conseguir que el lector se integre de alguna manera en el mundo y en el momento que cuenta el poeta, con la dificultad que supone el hacerlo con un texto de extensión muy limitada y alejándose de la exposición más lógica y literal que utiliza la prosa. Y sí, ahí también reside el mérito y la belleza de este arte. Muchas gracias por tu visita y hermoso comentario, Anamer. Un beso.

 

Como los de antes, con música de piano en directo y tocando las canciones que el publico pedía.
Todavía queda alguna y unos amigos tienen una, donde se siguen haciendo las charlas literarias y van toda clase de escritores o artistas a escuchar y charlar.
Es muy chulo.
Hasta otro rato.
Un rebezazo

 

Sí, también he conocido algún bar como el que dices, pero esos son de muy antes , yo me refería más a uno de esos de los ochenta y principios de los noventa (buen rock, jefes permisivos, camareros enrollados, y descontrol a tutiplén ). Muchas gracias, compi. otro beso de vuelta.