¡Ay, Juancito!

Juancito está en la escuela y quiere ir al baño.​

La nueva señorita reprime su expresión.​

Con su dialecto clama: “¡Ay, Seño, tengo ganas!”,​

mas la maestra ignora su grave situación.​

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El cólico es intenso e invade su pancita,​

la urgencia sube y baja buscando el exterior.​

Se siente descompuesto e inmóvil por el miedo,​

su rostro está bañado con gotas de sudor.​

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Y al fin, ya derrotado, se entrega complaciente,​

y un traicionero aroma delata con su hedor.​

Revisa la maestra y ve con desagrado:​

¡Juancito se hizo caca sobre su pantalón!​

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A veces hay que poner atención a las criaturas,si dijo,quiero caca es porque quería caca.excelente amigo.un abrazo.DIEGO