Ayer vi a alguien

Ayer vi a alguien,
era un niño,
lloraba abandonado
en su dolor
maldiciendo el día
en que nació;
ese día en que vio
la luz por primera vez,
en el cual le arrancaron
la vida junto a la de sus
protectores.
Suplicaba por misericordia
con gritos de angustia,
gritos propios de vidas sin color
que se pierden en
algún cielo sombrío
como si Dios no las oyera.

Ayer vi a alguien,
era un niño,
lloraba;
enjuagué sus lágrimas,
le dí un abrazo y un beso;
prometí caminar junto a Él
hasta llegar a la luz.


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Nunca sueltes la mano de ese niño, es tu mano, la que todos queremos que nos cojan en el camino hacia la luz, dulce poema, un abrazo