Barro.

Los días se deslizan casualmente

limpios, subrepticios con decisión intransigente.

La gente se muere, la gente envejece y todo se resiente.

La fidelidad se disuelve, los cambios tiñendo el ambiente

y de pronto, todo se detiene, irrumpe la nada envolvente.


Amar, una distracción abismal

de una soledad inevitable y brutal.

Odiar, una tendencia bestial,

consume la vitalidad, tornándote gris y animal.

Amistad, vínculo noble y leal

te dejará vacío, cuando el silencio sea sonido atonal.


Y las noches avanzan quietas, sigilosas.

prometen maravillas en sueños;

y de las pesadillas, un despertar aliviado;

solo un dormir que ha sido mal llevado.

La penumbra que va tallando nuestro estado,

que en los días, manifiesta un actuar que es extraño.


Reflejos de espejos, nada más que eso…

Reflejos interpersonales,

Según actúes, así serás respondido;

como si fuésemos máquinas,

y todo es un mero jalar de un gatillo.


Deja que las memorias se diluyan,

permite que la esperanza se ahogue bajo la lluvia

consiente que las ilusiones sean polvo esparcido

Cierra los ojos, que te permee este idilio frustrado

disfrazado de existencia que te cobijara bajo un manto

que es asfixia candente, y te arranca de cuajo

sea lo que sea que creíste tener, y solo era barro.

 

Salvaje sentir tan lleno y vacío de exilio a la naturaleza, cada verso es una reflexión intrínseca, tan absurdo como un monumento al ego de la tragedia misma, suma importancia de los ojos oscuros profanando terrenos fangosos

- a mi gusto un dogmatismo bastante interesante gracias por exponerlo-