Bastaría callarlo y se sabría...

BASTARÍA CALLARLO Y SE SABRÍA...

Ahí delante, en el clamor, el día
y al fondo aquel rumor con nuestra vida,
tras vago azul dorado
entre las pobres pardas hojas viejas
que se caen gozosamente hendidas,
la plenitud desnuda.

Con armonía vino, sin fisuras,
de lo que se prendió ardiente en mí;
albores de carmín emocionado
que todavía en brasa sostenido,
ante lo inevitable del ocaso,
acerca su mirada
y templa la mejilla.

Pasión de luz en oro siempre terso,
amarla sin olvido;
por tarde nunca declinada en sombra
puso la luna suave claridad
en ámbar gris mi gratitud perlada,
que fue por tal sentida,
ahora madurez...

De tu misma materia el alma mía,
solo quisiera ser de primavera;
bastaría callarlo y se sabría
donde nació creciente
el dios del sol y de la dicha eterna...

eduardocarpio
11 de febrero de 2014​

 

Colosal maestro!! Su exquisita pluma portando la elegancia y la calidad poética suficiente para no querer dejar de leerlo nunca...
Mis aplausos a su obra . Maravillosos versos que he tenido el gusto de encontrar esta mañana.
Un abrazo inmenso.

 

Una pasión y amor que dura una vida. Esplendida silva Eduardo, realizada con gran maestría, como tu pluma solo sabe hacerlo. Un placer siempre leerte amigo poeta.
Un abrazo.

 

Sean lo que sean estas estrofas que has hecho, Eduardo, combinando tan hábilmente endecasílabos y heptasílabos que se prestan a una cadenciosa y musical lectura cuya sonoridad está realzada por combinaciones de rimas asonantes y consonantes de manera libérrima y con tu proverbial estilo que tanta altura lírica tiene, no te puedo decir más sino que me ha gustado mucho este poema que se podría categorizar de "incalificable" en el sentido que tiene este término de que no se puede encasillar en ningún modelo previo (al menos que yo conozca).


Un abrazo, amigo, y mis felicitaciones por este trabajo por el que te doy las estrellas merecidas.

 

Siempre expresa de una manera tan delicada la profundidad de sus sentimientos, Don Eduardo. El amor es tan fuerte dentro de usted, y la naturaleza siempre es tan cómplice acompañándole, fundiéndole en los matices con los cuales se viste en sus glorias y fracasos....

***
​

​

 

Luviam, Ricardo, Juan, Huella
Os agradezco la visita y los comentarios. En el tiempo quedan las cosas, tantas veces las primeras, tantas sustanciales. No sé si nació silva, pero con certeza desde dentro... Un abrazo
eduardocarpio