Biografía

La vida es una elección

Cual de ellas es la verdad ?

Entre todas las opciones

Elegí la libertad !​

 

El Bien está supeditado al Libre Albedrío.
Luego por tanto, tanto el Bien como el Amor, se proponen, pero no se imponen.
Eso quiere decir que está muy bien ir al cine, pero aún así, no es obligatorio.
Del mismo modo, tampoco es imperativo, cuidar a los ancianos.


Así, escurriéndonos de tantas buenas obras, nos vamos quedando en casa.


En la zona de confort.
Yo me quedo en casa, tumbado en el sofá, con el bocata de Nocilla.
Porque la Nocilla consiste en leche, cacao, avellanas y azúcar.
Y está muy bueno, eso.


Pasan los días, las semanas, los meses...


Y me pregunto: ¿ Por qué sigo aquí ?
¿ Qué ocurre fuera de estas fronteras ?
Voy a investigar...


Pero no es obligatorio. Puedo echarme una siesta de cuatro horas.
¡ Eso es ! A dormir. Como un bendito.
¡ Esto es vida !


No es obligatorio salir a la calle.
¿ Acaso es obligatorio ordenar mi habitación ?
¿ Por qué razón ? El Libre Albedrío es fundamental.
Entonces, no me apetece ponerme a hacer la cama, barrer el suelo, abrir las ventanas...


Y si no me apetece, pues no lo haré.
¿ Qué ocurre si suena el timbre ?
¡ Ring, ring ! ¿ Quién será ?
¡ El cartero ! Me apetece recibirle en albornoz.
Eso es. Mientras me como un pedazo de Pizza, que cociné ayer noche.


Estoy despeinado, pero soy libre.
De hecho, al cartero me apetece tirarle de la oreja.
A ver si se estira...
Le tiro de la oreja, para comprobar que su piel no es de chicle.


¡ Soy libre ! Gracias a Dios. También quisiera volar, como un pato.
Un gran pato de color morado.
Pero por alguna razón, no me transformo en pato morado.
Jolines, qué rollo.


Puff. Sigo siendo humano... Y no puedo volar. Pues vaya, entonces, no tengo tanta libertad como pensé. Estoy limitado. ¡ Oh, qué angustia ! Ansiedad... Uff. Tampoco soy un bisonte americano. ¡ Estaría yo, tan feliz, pastando en los prados de California ! Y lo quiero ya. He dicho: ¡ Ahora !



Hmmmmm.
¡ Carambolas ! Sigo siendo humano.
Joooooo.
Además, la lluvia siempre es agua.
Nunca es zumo de piña. Yo quiero que llueva zumo de piña.

 

Buena elección mientras no suponga la esclavitud de otros.Saludos,Sandra.

 

Nommo, agradezco tu visita y tu interesante comentario. Ahora... la libertad no implica poder hacer todo lo que pensamos y/o deseamos.
Un abrazo mi amigo

 

Gracias por tu visita y comentario.
Slds