Bordes Vespertinos...(XVIII)

Presagio,
¿por qué vienes a mí sin llamarte?
¿de qué te aferras para hacerte tan cierto?
¿hasta dónde crees llegar con tu tinta?

Tu huella,
hiedra y sal,
-sé de qué estás hecha-
y se me hacen querellas en las manos.

Tu credo empuña sin miedo al mío
y no te basta,
como enredadera,
hilvanas con astucia las hebras de mi consciencia.

¿Qué más quieres?
Si ya casi doy por sentada
la insidia de tu doble faz.
cuando al filo del día
llamas a mis lágrimas
y mi miel desasistida,
sin fuerza,
cede a tu abrazo,
al ocaso,
que irremediablemente
se alza en mi ventana…

 

Un placer pasar por tus letras, mis aplausos.

 

Hermoso pero muy triste Camy, difícil de comentar mi bonita, te dejo mi saludo con afecto.

 

Presagio que viene recubierto en una nube de interrogantes y una doble opción que de algún modo se resigna a un único final. Saludos cordiales para ti Camy.

 

Gracias Ludmila!!!
Muy encantada con tu presencia
Un mega abrazo!!!
Camelia

 

Gracias querido amigo, por tus palabras tan cercanas, siempre halagando mis letras.
Aprecio mucho tu presencia Luz
Un abrazo grande
Camelia

 

Gracias Selenschek!!!!
Por tu tu tiempo y consideración.
Saludos hasta tu espacio
Camelia

 

Ciertamente Sergio, tal cual. A veces parece que las respuestas no llegan y acrecienta la incertidumbre, pero igualmente pasa...
Gracias por tu paso y la cercanía de tus palabras
Un abrazo inMenso
Camelia

 

Muchísimas gracias querido amigo por esta vuelta
Un abrazo grande
Camelia

 

Un presagio que no se resiste a la fuerza de tu sentir para quedar escrito y a la vez suspendido en esas interrogantes que te inquietan el alma, me ha encantado leerte amiga Camy, es un bello poema que disfruto totalmente. Un gran abrazo.