¡Brindo por nuestra eterna felicidad!

En la música encuentro los resquicios emocionales
a los que me aferro con todas mis fuerzas
para no perderme en el negro vacío del olvido,

acordes perdidos
​

profundas marcas, cicatrices en la piel de mi memoria
con las que recordar que hemos vivido; si, siempre juntos.

Tu y yo, nosotros...
​

En la música encuentro firme sustento
para soportar el trágico paso del tiempo
sus notas, gotas de agua de un mar infinito en el que
navega toda mi fe en el futuro
vacío blanco de lo que aún está por venir.
En la música, el buen vino y en los amigos como tu
encuentro el mayor placer y toda la paz del mundo;
gran premio para tan miserable ser...
quizás ese sea mi destino,
doy gracias al cielo por ello:

mientras...
​

-levanto mi copa-
y brindo a gritos por la amistad que nos une,
por tu salud y por todos los tuyos que son los míos...

¡Brindo por nuestra eterna felicidad!
​

 

Salud, poeta!!!! Ese brindis merece una copa doble. Un placer leerte.

 

Gracias Salvador.

Saludos.