caballo blanco

caballo blanco

Abrirse el cielo, un caballo blanco desciende,
un hombre con coronas de oro y vestimentas de sangre,
de sus ojos brota fuego,
haciendo justicia y guerra.

Desenfunda su espada de doble filo, destruye ejércitos,
¡Ejércitos que esclavizaron a su pueblo!
Esta generación nacida en la esclavitud, sin moral,
colmada de vicios,
el temor de Dios es el principio de la sabiduría,
mas, quien no le tema, tendrá su morada en las llamas del infierno,
ahí, donde no hay ateos.


El valle de la muerte (kepdron) me rodea,
Pero el Señor extiende su mano atrayéndome,
coloca en mi, una armadura, a mi disposición un caballo de batalla,
alineándose en las filas de sus tropas,
para luchar contra Gog, Magog y sus ejércitos,
¡Mi voz, será la voz de Dios!


apocalipsis 19. 11 al 16

 

Genial místico…sueños buscando…la diferencia.​

​

​

Saludos.​

 

Estupendos versos espléndidos, bella poesía muy linda.

 

lo místico encerrado en profundas palabras,una batalla liderada por quien Dios elige para que su voz sea escuchada
bella composición Lenin
un beso enorme

 

Un místico tema. Tienen mucha fuerza tus palabras, que le hacen a uno visualizar todas las imágenes que impones. Un placer leerte
Un saludo

 

No entiendo mucho de poemas misticos, pero siempre me agrada las buenas lecturas como es esta, gracias. Un placer estar en tus letras. ABRAZOS

 

Namasie salvtem non nobis hermosas letras

 

Con matices de luchas internas
nos llega esta poesía de acentos profundos
en el centro de todo: Dios
Felicitaciones y estrellas
Ana

 

un placer grande leerle. un abrazo fuerte.

 

Buen poema apocaliptico poeta bardo. Muy buena su lectura para mi.
Abrazos para ti amigo poeta.

 

Exlente escrito... Un gusto pasar

 

Estremecedor.me meti en las imagenes.las he vivido.todas mis estrellas son tuyas.

 

Sin duda, un poema mítico, de creencias

 

Bardo querido amigo gracias por tu poema. me a gustado mucho leerlo.
Para ti muchos abrazos.

 

Vaya...senti que los cielos de abrieron y tronaron las nubes...una luz fulminante desgarraba el alma...y los inescrupulosos huÍan despavoridos...el fantasma de la esclavitud se arrancaba su carne putrefacta...porque llego el libertador...

Saludos...potente poema mi querido amigo...lleno de fuerza...

 

Es una maravilla de relato sorprendente, ya lo he dicho, una gran composición, felicitaciones.

 

Espectacular y místico poema amigo
es este que nos has brindado,
sobre uno de los cuatro jinetes
que por nuestros actos
estamos llamando,
esperemos que los mismos
sigan aún esperando.

Un abrazo desde la Mancha de:
joanmoypra

 

Muy buenas letras amigo, un placer haber pasado por tu espacio, saludos

 

Primea vez que eo algo así, y soy católico pero es una buenalectura.

 

Imponente. Temerario. Aunque cada uno tenga una idea de la venida de Cristo, creo que el apocalipsis en su relato impresiona. Excelente poema. Mis estrellas para ti. Saludos!

 

Excelente composicion de lo que nos espera,un caballero de oro y sangre impulsado por la palabras de Dios,una espada que destruye nuestro pecado.Hermoso poema del Apocalipsis.Profundo y mistico y aunque no este habituado a estos poemas,merece la pena leerlo.
Besos

 

Felicitaciones y estrellas en ese cielo apocalíptico, un placer su lectura

 

Bardo, impactante y apocalíptico poema que vaticina un final muy duro.

 

Muy buenos versos místicos y religiosos,me gusto la profundidad de tu versa,te dejo besos y estrellas,Sandra

 

Preciosos tus versos, si Dios está con nosotros, nadie nos vencerá.
Saludos cordiales para ti

 

Es un escrito reflexivo en busca de igualdad y de justicia pero sin llegar a la violencia como este caballero .saludos

 

GRANDIOSO AMIGO, un honor leerte, una obra colmada de lirismo y reflexión.

 

Hermoso poema.
Un placer leerte

 

todo esto a las puertas del principo de un fin.......un gusto comentar buenas noches.............

 

Proverbios 27:11
"Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio"

Interesantes líneas Bardo.

Gracias por compartirlas.

Saludos.