Cacique Nicarao

La entrada de la cruz,
seguido de escaleras de tierra,
hechas por nuestros indígenas
de Monimbo.

Una vereda sinuosa
en descenso
a la bajada de los duendes
y la piedra de sacrificio.

Misteriosa magia de lugar,
alma sabía,
arrastrando tus pasos
humano de bordón alcanzaste.

Llegaste a la cascada
de aguas fluviales de Masaya,
a tus lados,
petroglifos surcan el camino.

Caminando
a la izquierda,
la cueva de los duendes
Tul-til.

Explicaste el descenso,
arrepentido,
variado e irreversible,
lo menos es hablar correctamente
de lo importante.

Bajando la laguna
en luna llena,
a orilla de tus aguas
un portal aparece,
recitando correctamente las palabras
que lleva a la gran ciudad.

Tu incensario en Masaya
que hierve en oro fundido,
elevas las fumarolas,
donde se sienta en su trono de oro
el cacique Niqueragua.

Donde el volcán Comalito
relincha al regañarlo,
donde se cruzan los ríos
cambiando de posición.

Ahí se eleva la fuerza
de la vibración
pues la experiencia del vuelo
es propicia a dominación.

Nic-anahuac
hasta aquí llegaron los náhuatl,
país rodeado de agua,
Nicaragua.

 

excelente representación, grato leerle