Cae la lluvia

Cae la lluvia, extenuada y sudorosa,
Cae, sobre el dolor que abruma
La carne y la tuesta sobre las brasas
De un cielo estrellado e incognito.

Cae la lluvia, como lagrimas maternas
Que alguna vez lavaron nuestras heridas,
Cae, sobre el yunque que forja las esperanzas
Y tal martillo, las templa de realidad.

Caigo como la lluvia...

 

Caes como la lluvia, y eres dichosa y bendita, en tu anonimato.
Porque debemos ser precisos.
Eficaces.
Como los camareros, en un restaurante japonés.

 

Ante todo la lluvia es fértil, limpia y benigna incluso después de la peor tempestad; que traducido al lenguaje del cuerpo está llena de vida y lo demuestra en cada extenuante entrega amorosa. Saludos cordiales para ti romaguce.

 

Así a veces cae la lluvia...
Un gusto pasar por tu rinconcito
un abrazo