Cae mi idioma en las huellas de mi mano.

Cae mi idioma en las huellas de mi mano.
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Cae mi idioma en las huellas de mi mano,
echo de menos tus labios en mis labios, tu boca
en mi boca. Contigo todo muere, sin ti no hay vida.
Vivo en el cementerio donde el consuelo
es el recuerdo del pasado.
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Mis palabras eran para ti mi beso.
Tu beso era para mi palabras.
Y luego ese choque de olas, el fuego que sabe
que el futuro se arrastrará malherido por el presente.
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Ay, si tuviera tiempo para estudiar
a fondo las palabras
y explicar de ellas lo que no se sabe;
por qué ser y estar son suceder cuando son lo mismo,
la libertad del silencio, los espejismos que trae el tiempo.
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Echo de menos tu boca en mi boca.
Mis palabras eran para ti mi beso.
Tu beso era para mi palabras.
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La tumba tiembla, me azuza y quiere verme,
el daño que me haces sin hacerme,
la noche disipándose como una luna amaneciendo.
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Mi cuerpo no olvida
la existencia del amor olvidado.
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Tus sietes, tus labios,
el resplandor de la ceniza
y el dolor de mi cuerpo oxidado.
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En el verso las calles son mi patio,
el daño que me haces sin hacerme.
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La muerte clama sus exigencias
y yo voy a su encuentro para enterrar sus versos.
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.-_Ismael López Pozo_-.
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Gracias por comentar, luzyabsenta. Nos leemos. Un saludo.