Café de Buenos Aires

CAFÉ DE BUENOS AIRES

De nuevo por La Biela,
café de Buenos Aires,
murmullo de porteños,
turistas y pocillos.
La tarde limonada
se infiltra en nuestros sueños,
y en nuestras emociones
palpitan nuevos brillos.

Sentados, Bioy con Borges,
muy cerca traman cuentos,
los mozos van y vienen
pulsando sus bandejas.
Abril no es nada frío
y los minutos tienen
los jóvenes frescores
de las sorpresas viejas.

Si algún color mantengo
mezclado entre mi tacto,
es porque van sonidos
catando las fragancias,
y un sexto y raro elíxir
se suma a los sentidos;
igual que el ritmo espeso
a las bebidas rancias.

El vidrio y la madera
conjugan aberturas,
el té colado lleva
su voz a mi garganta
en tanto aguardo inquieto
que un verso más acuda,
y aquí soy un abstracto
vagar que se decanta...


Ariel Carrizo Pacheco



​

 

Gracias a vos, estimado Gus, por tu lectura y tus palabras evocativas. ¡Un fuerte abrazo!:

Ariel.

 

Me alegra mucho querido Salva, el gusto es mío también al imaginar esa tertulia aquí o en cualquier otro lugar del mundo. Ya se dará algún día, amigo, y una madeja de temas se desenredará entre el humito perfumado del café. ¡Mi fraternal abrazo de siempre!:

Ariel

 

Siempre es un placer leerte, Ariel, observar de dónde tu inspiración, donde se fraguan tus versos...también es inspirador, los rincones donde nos visitan las musas tienen un encanto especial, por ello destaco esta estrofa...

Sentados, Bioy con Borges,
muy cerca traman cuentos,
los mozos van y vienen
pulsando sus bandejas.
Abril no es nada frío
y los minutos tienen
los jóvenes frescores
de las sorpresas viejas.​

Felicidades.
Un abrazo.
Isabel

 

¡Muchas gracias querido Juan Ramón! Sí, lo comencé en La Biela y lo terminé en casa; ahora al releerlo me parece estar viendo una especie de filmación de ese día, tanto de lo observable como de lo abstracto que sentía asomarse detrás de todo. Me alegra que de algún modo te hayas trasladado hasta ese momento para acercarme tu fraternal compañía. ¡Un cordial abrazo!

 

Es mío el placer también al contar con tu mirada de traslúcido lirismo posándose sobre estas líneas de un presente ya evocativo. Gracias de corazón, y mi alegre saludo encantado de encontrarte. ¡Hasta pronto!
Ariel