Café gomelo en la tarde

Hermoso día, soleado como ninguno
Ardiente sol, azul profundo
Aire refrescante y cabeza en destape.

En un café se detiene mi mirada
Es una hermosa niña con piel suave y tez dorada
Nariz perfecta, tal vez operada
Y un aire de grandeza – que parece que en verdad lo mereciera -
¡Qué descarada!

Mirada dulce y manos delicadas
Entre más la observo su perfección sobresalta
Sus vestiduras reflejan su alma
Sencilla, descomplicada; muy fresca pero con mucha elegancia.

La miro mucho, pero poco
Soy disimulado, no quiero verme desesperado
Convocando mentalmente una sonrisa
Espero sentado en esta mesa, en esta silla.

Disertando constantemente en mi cabeza
Le hablo, no le hablo; que indecisión tan intensa
Mientras tanto imagino
el rocío de sus labios tocando los míos.

Con cara de niña y cuerpo de diosa
Su mentón se fisura de manera hermosa
Su pelo cogido y su derroche de estilo
Me tienen hipnotizado, al borde del colapso.

 

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