Calcetines de suerte

Cuanto menos haremos un buen puñado de cenizas
que aventadas podrán ser cúpula de vastas hectáreas
antes de aterrizar donde tal vez nunca estuvimos.
Pero ahora que estamos un tanto más sólidos
puede que valga la pena olvidar este preámbulo
y ponernos los calcetines que nos trajeron suerte
al cobijo de los robles en aquel cálido verano.
Sin ella no será lo mismo y sin los robles tampoco,
pero no estamos buscando la repetición eventual
sino una nueva frase entre asteriscos y laureles
que añadir en el cuaderno que nos hace de ombligo.
Estamos de nueva ruta tras un alba primigenia
a la caza del jabalí de los colmillos retorcidos
para sentarnos con él en su camastro de hierbas
y sentir como nos sube por las piernas la euforia.
Hoy no vamos a escupir hacia arriba como novatos
ni a pintar un circulo en el suelo para seguirlo,
vamos a transitar el cubismo y sus aledaños
a caballo sobre raíces que giran y van probando.
Somos hambre y deseo, sed de ambiciones,
la marcha sinfónica que marca el paso
sobre la garganta de un río inexplorado.

 

Me encanto.
empieza fuerte y termina con mas temple aun.

La verdad el titulo no me llamaba muxo, pero ya veo lo que me estaba perdiendo.

Gracias por compartir esas letras.

Saludos poeta.

 

Gracias, Zero, por la apreciación.

Abrazos

 

Los ultimos tres versos son la joya del poema.

Besitos de coco querido amigo,

 

Querida Guada, un placer tu visita como siempre.

Mil besetes