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Calderas sin suerte-.

Tema en 'Poesía Surrealista' comenzado por BEN., 27 de Marzo de 2022. Respuestas: 0 | Visitas: 226

  1. BEN.

    BEN. Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Hombre
    Es la fórmula incierta

    el caos sobre todo, su rotura

    el hecho de la atmósfera titubeando

    solitaria sobre el mar. Dan naciones

    para ciertos ombligos, ganan el pan.

    Se suman a la desventaja del cuerpo,

    donde amasan su fortaleza el deterioro

    y la acumulación de sábanas empapadas.

    Es el sol y sus hilos dentales, telefónicos.

    Son helechos dormidos los que supuran

    red de retahílas y aspectos nocivos; la muerte

    crece como un entorno apacible.

    Como un gran murciélago, la luz se ha dormido.





    II-.





    Dónde duerme la doncella hermética y vacilante?

    Cómo es que no hallo manera de encontrarla?

    Mi repulsión crece por momentos y olvido

    las llaves. El asco prevalece, la náusea me invade.

    Soy o no del sol entre los juncos? Resisto o insisto?

    Dónde duerme la flor última del valle, qué fue de la noche

    y su vestido de albal?



    III-.





    Hay que contar con ciertos aspectos solidarios

    se engarzan las rótulas y el hueso aparece desnudo

    su concisión llegó a extremos de delirio

    el mundo me parece plano desde entonces

    como una vasija despedazada, llena de montones

    de monedas viejas. Hay que decir la verdad.

    Las tuberías rotas reanudan su compromiso celeste

    y yo, yo!, duermo bajo el sol atmosférico.





    IIII-.



    El vientre acumula su perversión dilatada

    miembro oscuro del alma, su insólita evasión.

    Efusión de caracteres, renace primavera

    en el medio de los arcenes. Neutro y todo,

    cual ulular del trozo de los indios nativos,

    me acaparan como mano de golpe inquieto.

    Yo sé de las necesidades de un cantor, de su helecho

    tierno, de su complicada red de amistades.

    De su canción transformada por los ríos púrpura.

    Mueren en mí miles de pechos que deliran

    con su súbita pasión por peces y despojos.





    IIII-.





    Me gusta oh sí, el llanto inquieto de un reciente.

    La noche pliega su sonido y acabo accidentado,

    pecho canceroso. Mi astucia desnuda acumula

    sal y olvidos. Renuevo los partos de la desidia

    y en un concierto de avestruces se llenan los parquímetros

    de luna, quise decir, de dudas.





    IV-.



    El gran platino reduce apetitos

    instinto o forja, rebeldía aterida,

    esa risa fluorescente, en lo alto

    del llano ventoso, ese país de largas dunas

    sin pétalos. Acaricia el muslo

    su nación de juncales, ah, el mundo,

    su perspectiva centrípeta y obsolescente!




    V-.



    Me agreden luz de periscopio

    nación de promedios, en los altivos

    campanarios, parió la cigüeña.

    Me acumulan su viento de frío

    el sueño los odios el intestino delgado

    la sombra de los dioses, el devenir

    impagable, en deuda, su futuro ídolo.

    La risa salvaje y sin duda, su culminación

    en fin su experiencia vital.



    VI-.





    La carrera emite dispersiones de acero

    mi voltaje, el cabello mojado hermoso y lacerante.

    Yo vuelvo del mundo, mitad con hambre

    mirad esas calderas! Las del sueño sin suerte.



    ©
     
    #1

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