Cálida.

Cálida.

No nos separan galaxias,
aunque seas una estrella
y yo sea un cometa errante,
que con sus dotes de viajero,
quisiera enamorarte;
pero, amor mío,
qué dirían los planetas,
que custodian tu belleza,
qué dirían si te ven conmigo.


No nos separa el tiempo,
aunque sí experiencias.
Cómo no pensarte antes,
o después,
mas nunca no pensarte,
porque aunque el tiempo no separe,
se~para mi corazón al abrazarte.


No nos separan distancias,
ni infinitas ni distantes,
aunque sí un par de arrugas,
y más de un cigarro.


No nos separan ni tus pares ni los míos,
mas tampoco nos quieren juntos.
Y precisamente ese es el problema.


Te quiero, y te quiero más,
pero nos dista tu personalidad,
quizás tu indiferencia,
por no decir egoísmo,
porque es una palabra muy fea.


Nos produce miedo estar solos,
y quizás sea lógico como el amor;
pero el amor no es lógico,
y si de razones entiende,
no es más que de locuras.


Quizás hoy mis manos frías como Plutón,
como nieve, como hielo, como mi corazón,
rocen tus pómulos suaves como seda,
como miel, como beso, como lágrima;
y quizás mis ojos se encuentren a los tuyos,
y te digan en silencio todo lo que me guardo.


No nos separa el viento,
ni las hojas ni el verano,
aunque tú seas una rosa
y yo fuego que no arde,
o cualquier estupidez pertinente al caso.


No nos separa tu boca,
ni lo que pronuncian tus labios,
ni la sonrisa de tus dientes,
ni la saliva de tu lengua;
no nos separan, amor mío.


Nos dista, y me duele de verdad hablarlo,
tu mirada nostálgica,
y no me duele porque seas tú,
me duele porque tu mirada,
es casi lo que más aprecio.


Es lógico como el amor,
aunque de razones no entienda,
que nos diste tu disgusto.
Tu disgusto inmaduro,
insensato, insensible,
que no me quiere cerca tuyo.


Y si de despidos hablamos,
seamos sinceros esta vez,
que tú me extrañarás más
y quizás con más nostalgia que tu mirada,
que yo en cien años,
o un poquito menos.


¿Sabes que nos separa?
Tú nos separas.
Yo nos separo.
Es irremediable
y horriblemente cierto.
Tal vez nuestras existencias
no están hechas,
o destinadas, da igual esta vez,
a estar juntas.


Mi adiós está en estas líneas.
Ojala últimas,
ojala no,
que hable de nosotros,
de la historia que nunca existió;
del cuento que no me contaron,
ni tampoco a ti, creo;
del bello retrato;
que fue en tu mente y en la mía,
nuestro secreto de amor.
Espero algún día,
mirarte a los ojos,
y que esa mirada que tanto amo,
me transmita más que nostalgia.


Tú y yo pudimos haber sido,
mucho más de lo que fuimos.

 

Bello, transparente y conmovedor...
Un gusto leerte amigo...te abrazo con todo mi cariño...

 

Muchas gracias Darkness. Se aprecia tu comentario.