¡Camarero!

¡Mozo!, ¿nos sirves un café caliente?;
¡yo prefiero uno fuerte y otro flojo
y otro ha de ser cortado, estoy de antojo!
¡Pronto, zagal, que no se queje el cliente!

¡Ponme un cuarto café que hay mucha gente!
¡Tres tés, que sean verde, negro y rojo!
¡Rápido! , busca asiento al pelirrojo!
¡Sírvele uno con hielo a Don Vicente!

Esto, cada mañana y cada tarde
con mil ordenes dadas al instante
¡Y de enfados de clientes, Dios te guarde!

Este oficio precisa un gran talante,
has de ser muy paciente y harto presto.
¡Vive Dios, lo cansado que me acuesto!
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No faltará el cliente que page por todos los platos rotos. Un abrazo, Bernardo.

 

Gracias por tus comentarios.El oficio es duro, duro. Un abrazo. Bernardo de Valbuena.

 

Así es. En el fondo con los camareros somos, todos, un poco impacientes . Saludos. Bernardo de Valbuena.

 

Pues será trabajoso el trabajo (valga la redundancia), pero tu soneto ha quedado muy simpático.
Saludos.

 

Si he logrado que te parezca simpático …en los tiempos que corren , es un triunfo. Esa era mi intención al escribirlo…y que nos concienciemos del trabajo de este oficio. Saludos. Bernardo de Valbuena .