Caminado entre deseos

Llamas, Esas llamas que nos consumen siempre están
hambrientas.

Y piden sonrisas, tesoros, manjares, belleza.

No se apagan nunca. Siempre están sedientas
de sangre, venganza y gemidos.

Y yo camino entre ellas sonrisa en mano,
como un Tom Bombadil en su bosque,
ordenando a las raices apartarse,

o como un Buda moderno, en vaqueros,
mirando inafectado, viendo sólo formas y colores,
en ecuanimidad perfecta, absorto en la contemplación del Ser.

Pero de pronto me río y vuelvo a la realidad de mi imperfección.
"Al final sólo soy un Hombre"
me digo con sonrisa sincera, sin pesar,

y me dejo quemar otra vez.

 

Interesante reflexión e intersante poema... Me gustó.... Un saludo.

 

Gracias Scarlata,

Al final me he quedado a medias, porque lo que quería decir es que mientras no seamos budas al menos si tenemos que ser suficiente fuertes para elegir qué cosas son tan bellas como para dejarse quemar por ellas (como la amistad) y cuales son tan detestables que no merecen ese esfuerzo (como la venganza), pero no se me ha ocurrido como escribirlo. Me alegro de que te haya parecido interesante de todos modos,

un abrazo