Caminaré a tu lado.

Si es que triste te veo
en la noche temprana
no te dejaré sól@
caminaré a tu lado
vayas a donde vayas
y escucharé tus versos
y tus muchos silencios
hasta la madrugada;

y en el bar marinero
que está junto a la playa
mojaremos los labios
con anís de Cazalla.
Vencerá nuestro sueño
hasta llegar a casa
un mar negro y caliente
de aguas muy amargas.

 

Me ha gustado esa compañía a pesar de todo...bellas letras
un gusto venir a leerte
un abrazo

 

Anís de Cazalla, a la luz de una vela,
sobre una toalla, que tejió la abuela,
para saborear las sardinas asadas,
en una hoguera; y de postre, pera.


¡ Muy bonito !


Caminaré a tu lado, y te invitaré a un helado.
Es el arte, por no helarte.
Pero no quiero besarte, sino abrazarte.
Pues procedo del planeta rojo, que se llama Marte.


¿ Cómo instruirte y educarte ?


Si de ti, no quiero aprovecharme.
Realicé el desarme nuclear, de mi Gobierno.
Pues las armas las carga el Diablo,
y no quiero acabar con mis cuernos, en el Infierno.


¡ Bravo !

 

Yo subí al planeta Marte
por ver lo que descubría;
cuando llegué sólo había
maricones por "toas" partes
y puntas "arrepentías"
que subieron mucho antes.

 

Maricones los hay, en el planeta Tierra, a tres euros la tonelada.
Buenísimos, en el potaje de garbanzos, y con las lentejas.
Bien rebozados en aceite, son crujientes, y les encanta el sacrificio.
Es un Holocausto voluntario.

 

También hay tristezas que lucen mal acompañadas. Saludos cordiales, manuelo.