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cancion de despedida

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por loboestepario, 4 de Abril de 2006. Respuestas: 1 | Visitas: 1261

  1. loboestepario

    loboestepario Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    3 de Marzo de 2006
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    [center:cc036817c0]antes de que lean esta poesia, les agradeceria que leyeran la primera parte, no se, es solo un capricho mio el que lean la otra primero, por favor complazcanme

    00043

    Esta es mi canción
    La que en su centro grita un adiós
    La que en sus melodías
    Dice mi despedida

    Fue una hermosa tarde...
    Yo sentado junto al andamio
    Y tu danzante a la salida del colegio
    El calcinante sol golpeando
    Mi frente, no era importante

    Mis manos temblaban
    Mi corazón se salía del pecho
    Miré el reloj, dos segundos
    Habían pasado desde la última vez
    Que lo había mirado,
    No pasabas...
    Al fin cruzabas y te llamé,
    -A mí-, -Sí, a ti-
    (y no había nadie mas en la calle)
    -Sí, hola... -
    -No te preocupes, el martes-
    Y seguiste, y viví.

    El sol hasta ahora,
    Con pereza abrumadora,
    Estiraba los brazos
    Las lánguidas sombras,
    Matinales de aquel día
    Pasaban a mi lado,
    Tu subías, yo bajaba
    -Esto... -, y me tranqué
    -Perdón, hoy no pude, mañana-
    -Mañana no puedo, el viernes-
    ...Digamos que la primera cita.

    El viento golpeaba mi rostro,
    Volvía al pueblo,
    Antaño mi hogar,
    Visité a mi madre
    (pero un temor me embriagaba todo)
    Deambulaba mi mente
    En los rescoldos fríos de tu mirada.
    Me acercaba a tu casa
    Vacilaba paso a paso
    Me detuve en la esquina,
    Me senté en el andén,
    Me programaba para verte,
    Pasaron cinco minutos...
    Tu te ibas, no te hablé.

    ...Mi cuerpo temblaba todo
    Un susto me inundaba el alma.
    -Buenas, ¿está Diana?-
    Y esperé un momento
    Y saliste con toda tu hermosura
    Y hablamos, y no morí.

    Me recibiste, me acogiste,
    Escuché tu voz, viví tu sonrisa
    Me llamaste “querido”,
    Y floté con la brisa.

    Esperaba impaciente, la llegada
    De la tarde del viernes,
    Ambigua emoción mía,
    Amarrada a tu mirada.
    Escuchar tu voz,
    Clavarme en tu sonrisa,
    Y regalarte todo mi corazón
    En los versos, y en las poesías
    Te adoraba, en ti nacía.
    -Que más, que me cuenta-
    -No mucho... -,-Que pena,
    pero es que estoy ocupada,
    yo mañana lo busco-
    -Listo-, y marché a esperar el mañana
    (Ese mañana que aún no ha llegado).

    Pasó el día y llegó el otro,
    Una púnala a mi corazón,
    NO VINISTE,
    Pasaron los días, llegó el viernes.
    -Leíste los dolores de mi alma...
    Por tu ausencia-
    -Sí, pero ya es tarde... –
    Y pasó ese viernes,
    Te oí, te vi,
    No pude observarte, no te escuché,
    Habías cambiado,
    No sé sí, por mis penas
    O por mí.
    Mi corazón yerto,
    Iba siendo carcomido
    Por el vacío de tu ausencia,
    Poco a poco, fuese desvaneciendo,
    No moría, no podía morir,
    No lo quería matar,
    Él con súplicas mantenía,
    En ti una esperanza viva.

    Pasó otra semana,
    El viernes por la tarde,
    Volvía a aparecer
    Mi cuerpo temblaba poco,
    Apenas se sentía
    La presión de mi pecho.
    Volvían mis pies a llevarme a tu casa.
    -Buenas, ¿Está Diana?-
    Y me saludaste con un simple “si”
    Y mi corazón se estrelló
    Contra tus fríos ojos,
    Temblé, un temblor diferente
    Me embriagaba
    -Me preguntaba si... –
    -Hoy no tengo genio de nada-
    Bueno, hablamos después-
    Y te ocultaste detrás de la puerta,
    Ya no te observaba a ti,
    Ya no observaba nada
    Mas que las brumosas sombras
    Que cruzaban por el parque,
    Te extrañé

    Mis manos temblaron,
    Ya no de miedo, ya no de amor,
    Mi pecho oprimido
    Se esforzaba por llorar,
    Mas, nada resbaló por mis mejillas
    Recordé un eco
    “Tranquilo y fresco...
    no tiene que ponerse nervioso conmigo”
    mas,... solo era...
    Una alucinación..., estabas lejos.

    Esta es mi canción,
    La que en su centro grita un adiós
    La que en sus melodías,
    Te declara mi despedida.

    No estoy muerto, aquí te escribo,
    Pero es que a pesar de ello,
    Yo no me siento vivo.
    Me quedé esperando ese mañana,
    En donde yace mi vida.

    Levanté la vista,
    El sol temprano se ocultaba,
    Los focos apagados, no vivían
    Mi corazón vivo, no latía
    Recordé tu voz
    “Un día de estos lo invito a bailar”
    vamos, canta mi canción,
    esta marcha fúnebre, que vibra
    porque entierran al poeta,
    el que nació con tu ilusión,
    El que para ti escribía,
    A ese lo entierro hoy,
    Ese que no sobrevivió a tu indiferencia
    Hoy muere el poeta
    (el escritor tal vez viva,
    mi mente de pronto triunfe)
    Muere, se apaga,
    Leve, se desvanece,
    El cielo llora por mi,
    Por que yo no soy capaz
    Mira!, bailo sin ti,
    Danzo en las odas fúnebres,
    Danzo la canción muerta,
    La que despide al poeta.
    Tu te fuisteis, no lo visteis
    No me enseñaste a bailar,
    Mira! Sonrío de alegre...
    ... en esta danza.

    La dominante luna
    En el cenit brilla,
    Su pálido esplendor,
    Mi rostro sonrojaba
    Este poeta, el que te adoraba,
    No podía ya soportar otro día,
    Sin que llegara ese mañana,
    EXPIRÓ,
    Y en su ultimo aliento
    Cantaba esta canción,
    Se despedía de ti,
    Se despedía de mí,
    Se desvaneció
    Se apagó su rostro
    La voz que sonaba en los versos
    Se apagó, se evaneció.

    [/center:cc036817c0]
     
    #1
  2. gabein des leise

    gabein des leise Poeta asiduo al portal

    Se incorporó:
    28 de Abril de 2007
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    Me ha llegado al alma tu canción de despedida, es hermosa
     
    #2

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