Canción para la navidad de Juana

Juana entibia Nochebuenas,
bajo una luna de escarcha.
Sabe de encender luceros
en el cielo de la lágrima.
El hambre, que de cuclillas,
a cuatro voces la llama,
no le perdona el descuido,
de amar, sin tener mañana.
Es un pesebre viviente
el rancho pobre de juana,
y se engrandecen los ojos,
bajo la luz de la lámpara.
Y en ese altar de penurias
donde el amor se derrama,
ella ofrenda sus dos brazos,
que se abren como dos alas...
Sola ha amasado el adobe,
sola quinchó su esperanza,
para que duerman los vientos
sobre dos cunas de paja.
Sola levantó su templo
de cuatro paredes blancas,
para enseñar dignidad
al que por allí pasara...
muchas veces tengo envidia
de no ser como la Juana
por que un trozo de su pan
me iluminara la entraña.
Yo, que presumo de letras,
al verla, me siento un paria,
por que teniendo de todo,
siento que no tengo nada...
ella tiene horno de barro,
vientre de greda y barranca,
que le sabe dar a luz,
hijos de trigo y melaza.
Y en las palomas de humo
que sobre su pelo danzan
parece que todo el cielo,
baja a su patio y la abraza...
si en el molino del tiempo
los momentos se desgranan,
ella atesora el silencio
para hacer la tarde larga.
le alcanza para ser justa
casi, una breve palabra,
y no mendiga favores
porque solita se basta...
juana enciende Nochebuenas
bajo la luz de su lámpara
y en la urdimbre de sus penas,
teje y desteje añoranzas.
Muchas veces tengo envidia
de no ser como la Juana,
para entender que en la vida
a veces una palabra
enciende tánta riqueza
que sabe inundar el alma.
Juana enciende navidades,
bajo una luna de escarcha.
Al brindar, pensaré en ella
aunque a ella no le haga falta;
¡Dios quiera! que piense en mí,
que soy quien no tiene nada...​

Marino Fabianesi​