Cansado del mal aguero

Ya llegan las horas nocturnas,
como niebla que acecha al caminante
que sumido en sus pensamientos,
ha dejado correr las horas.

Ya se siente el frio de las nubes,
que me envuelven y me nublan.
Y asi nublado sigo,
por este camino de invierno,
tan agrietado como el olivo,
tan seco como el desierto,
y tan frio como el libido desvelo
que queda en el espejo del olvido.

Ya no quiero lo que tengo,
sino lo que viene luego,
que de ser peor que esto,
sera, con todo, augurio nuevo.
Que decisiones me ha costado
llegar hasta donde vengo,
pero no por eso digo
que esto es sano, que esto es bueno.

Mejor camino callado,
para pasar mas deprisa,
como el gato que se escurre
de mata en mata y de techo en techo.

Ya comienza a verse el bueno,
que viene lento y cojeando,
pero mejor que venga bueno,
que la paciencia aqui la tenemos.
No la dejen escapar,
porque bueno por llegar se tarda,
pero con todo y lo aguedo,
nomas de pensar se calla.

Y asi en silencio, solito,
voy a empezar, no de nuevo,
con estos brios de acero
que tu amistad me demuestra.

Y como tantas cosas suceden,
en el andar de los buenos,
que nos agarren de cuadros,
mas no de quietos modelos.

Anda, mueve el cabus,
que de tanto tardar te espero,
que si te apuras nos vemos
y si te tardas me muero.

Tirenme un poco de agua !
que no se seque mi cuero !
Ya quiero salir de esta,
sin tono y sin mal aguero.

 

uf! vaya dia de desvelos, que en estos andares tengo. Que que si entrego tal cosa, o que mas luego me entero. Que si no llegas temprano, te vamos a dar cuello... y asi infinidad de cantares. Mmmh, ya quiero que se acaben.

Pero ojo: por ahi vienen los buenos vientos, esos que empujan a la cansada carabela a seguir su andar, para que llegue mas pronto (o al menos llegue !) al puerto a descansar.