Canto a la Luz

Luz etérea que acaricias mansa y plácida el cuerpo esbelto y escultural de una bella y radiante mujer de ojos verdes,no te desintegres en la negra noche donde el gorgoteo de los pájaros aciagos anuncia el preámbulo de un glorioso esplendor fúnebre de carromatos siniestros,que guardan celosos a las estrellas moribundas sangrando leche y miel para que los hijos de la eternidad sorban de ellas y no se difuminen en un cortante espectro que tanto ansía de aquel trágico canto que desgarra corazones nacidos de esbeltas rosas en flor.Tu radiación lustral colma de gozo extasiado los pechos de los coronados poetas con la trenzada hiedra que se arremolina en esos cabellos tan salvajes y enmarañados;y llena de jubilosa claridad,a través del clareado cristal de las vacías alcobas,el silencio moribundo que tan a nuestro pesar anuncia la proclamación del nacimiento de un nuevo profeta.¡Que sería de nosotros si con tu poder furibundo no partieses en dos el alma universal que impregna a la diversidad infinita de criaturas golosas!,a la espera en el frontispicio trágico del filósofo Empédocles para que salga a escena la ménade desconocida de la moribunda especulación egipcia que ya ha enterrado en suelo patrio los restos sacros de las difuntas momias,que por toda la eternidad yacerán dormidas y silenciosas.