Caprichos V

Apenas puedo dormir. Puede que sea a causa de los malditos borrachos
del piso de abajo
o
por la ansiedad de compatibilizar el trabajo y el estudio
o
por las tres latas de red bull que me acabo de meter.

Uno quiere dejar de tragar cerveza pero siempre encuentra
nuevas formas de joderse.

En la pantalla de mi smartphone, el Tinder. Siempre el Tinder.
La gente no para de follar ahí afuera.
Y yo no recuerdo cuando fue la última vez ya...
si al menos la chica del Tinder de hoy respondiese
a mis cuestiones de maldito niñato existencial.

Joder, ojalá fuera uno de esos tíos deportistas competitivos
que no paran de meter y de presumir de lo que meten y
de reírse de los que metemos menos.
U ojalá fuera capaz de escribir algo más o menos estimulante como
método compensatorio.