Carta a Jesús.

Gracias por haber venido a borrar odios y guerras que atormentaban los valles, que ensangrentaban la tierra.
Nos dejaste de legado el amor al ser supremo por sobre todas las cosas, también al desconocido, por amarte han perecido muchos de un extremo a extremo.
Se acerca tu cumpleaños, el cual muy feliz celebro, aunque viva en el destierro cual judío itinerante dejando atrás mis ancestros que eran mi mejor diamante.
Transformaste nuestro mundo con la mayor prueba de amor, y aunque gobiernen ateos la tierra porque moriste, en nuestro ser imprimiste una muy grande ilusión.
Fuiste por Dios elegido para transformar ideas que pululaban entonces del amor al capital como el dios predominante, los pobres eran vendidos, era todo un lodazal.
Hoy muchos años distantes prevalece tu legado: somos fieles seguidores del imperio del amor sobre el amor a la bestia, que tan bien fue definida con nombre de cantidad.
Esta, tu natividad, nos alegra la esperanza de un mañana menos frío, aunque en muchas partes aún muchos no lo han comprendido.
Salúdame al creador, a tu madre y a la mía que en el paraíso están, junto a ti y a los elegidos, no sé si regresaran a ayudar a mejorar el entorno que vivimos para aumentar el amor.
Somos necios, no lo niego, pensamos sólo en el hoy, creyendo al morir el cuerpo también el alma se muere, perdona nuestros errores e infúndenos tus talentos.