Carta a una novia

“Y en cada uno dejó un pedazo de su alma”

Y en cada uno dejó un pedazo de su alma, me dijiste anoche.
Todavía eres muy inocente, amor.
Tú sabes que quiero esa pasión escondida que guardas
Y me dejas ver de vez en cuando
Te odio porque me provocas, pero te amo más porque me provocas
Sin embargo, mi amor por ti me impide buscarte profundamente
¿O tu amor por ti?

No sé todavía como decírtelo
No sé si debería o si solamente estoy peleando con mi subconsciente
Depresivo y violento, buscando siempre llamar mi atención
Y tal vez la de otros.
Mi sucio y morboso inconsciente que a solas ha pronunciado lo impronunciable
Ha desmoralizado a Jesucristo y violado a María.

Mi sucia soledad es lo que me envuelve a diario
No es esa soledad que tú conoces; tú no entenderías
Es una soledad llena de seres queridos que intentan acercarce
Yo, como un perro cuidando su territorio, los espanto.
A veces los muerdo, los traiciono, los mato…

A veces los revivo

Es ahí cuando vuelven.
Siempre vuelven, y siempre están
Pero los odio por eso, porque siempre estoy solo.

Amor, es difícil. Yo sé.
Ni yo sé que hay dentro de mí
Ya llevo siglos con esa máscara de hierro, que poco a poco se ha oxidado
Oxido que ha envenenado mi alma y ahora no sabe cómo sentir, ni como llorar.
Es por eso que te escribo esta carta
Porque me dijiste que me quitara la máscara y te estoy contando todo
Un revuelto de palabras asonantes con emociones disonantes
Soy una fea mezcla de tabaco, pecado, amor y tú.

Estoy tratando de cumplir mi cometido, amor.
Estoy tratando de quitarme mi máscara de hierro
Pero si tú temes a perder tu inocencia, yo temo que me veas la cara.

Sin embargo, aquí te muestro lo que es un rostro deformado por la inseguridad
Por la ira, la venganza, el miedo y la sobreprotección.

Te presento mi vida es un ciclo de siete momentos
Comienza con una depresión el domingo por la noche.
Y termina el sábado, normalmente yo encima de alguien, o escondido detrás de una botella.
Hay dos padres que hablan ruso para mí.
Dos padres que viven una prehistoria olvidada.
Dos padres que aunque me amen, me van destruyendo poco a poco.
Dos padres que nunca me entenderán.

No es que yo sea malo amor. No es que yo los trate mal
Ni tampoco que ellos me traten mal




Es un poema que nunca termine. Lo escribí inspirado en una frase que me dijo un día una novía que decía que su hermana había dejado en cada hombre con el que había estado, un pedazo de su alma, y que era por eso que no quería estar conmigo.

Además me dijo que no me conocía. Que aveces no sabía que sentía o que pensaba.

 

Bienvenido largo y sentido una carta de sinceridad placer leerle saludos

 

bella tu historia, placer recorrerla..