Carta de Estela de Carlotto a su nieto Guido

Poema basado en la carta que le escribió Estela de Carlotto
a su nieto Guido cuando cumplió treinta y tres años.

Hoy cumples treinta y tres años
la edad de Cristo decían
te ‘mataron’ al nacer
al borrar tu biografía.

Tu madre estará llorando
por tu cruel crucifixión
espera desde una estrella
tu pronta resurrección.

Tu retorno a la vida
con tu real identidad
rompiendo rejas que oprimen
tu anhelada libertad.

Querido nieto qué es
lo que por ti no daría
por verte en las mismas calles
donde hoy te busco ‘Mi vida’.

Qué no daría por darte
Este amor que me ahoga
por guardarlo tantos años
desde entonces hasta ahora.

Te espero con la certeza
de todas mis convicciones
nos daremos un abrazo
con nuestros dos corazones.

Ruben Edgardo Sánchez, 5 de agosto de 2014

http://miuniversar.blogspot.com.ar/2014/08/carta-de-estela-de-carlotto-su-nieto.html

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A continuación, la carta que le escribió Estela a su nieto Guido:

A mi querido nieto Guido:

Hoy cumples 33 años. La edad de Cristo como decían, 'decimos', las viejas. Con esta inspiración pienso en los Herodes que 'te mataron' en el momento de nacer al borrar tu nombre, tu historia, tus padres. Laura (María), tu madre, estará llorando en este día tu crucifixión y desde una estrella esperará tu resurrección a la verdadera vida, con tu real identidad, recuperando tu libertad, rompiendo las rejas que te oprimen.

Querido nieto, qué no daría para que te materialices en las mismas calles en las que te busco desde siempre. Qué no daría por darte este amor que me ahoga por tantos años de guardártelo. Espero ese día con la certeza de mis convicciones sabiendo que además de mi felicidad por el encuentro tus padres, Laura y Chiquito y tu abuelo Guido desde el cielo, nos apretarán en el abrazo que no nos separará jamás.

Tu abuela Estela​

​

 

Los 33 años. ¿Habrá acaso alguien que al cumplirlos no recuerde que se tiene la misma edad de Cristo? Difícilmente, creo yo, y estas palabras tan bañadas al mismo tiempo de melancolía y dulce esperanza me hacen recordar ese momento de mi vida, y lo afortunada que soy porque sé de donde provengo, de donde soy, cuales son mis raíces. Mis oraciones porque algún día esas familias se reúnan nuevamente, aunque sea en otra dimensión... gracias por tus palabras.

 

Gracias, María Rentería, por tus generosos y reflexivos comentarios.
Los 33 años están considerados como la etapa más feliz de la vida,
una vez superada la inocencia infantil y el desborde adolescente
y antes de la decadencia de la madurez y la ancianidad.
Recibe de mi parte un afectuoso y cordial saludo.​