Carta de Pablo para Antonnella

Está demás que mi necesidad por ti,
me incita a decir todas estas tristes palabras,
pues ya creo que pierdo algo,
por no tener seguridad de decirtelas a los ojos,
pero ya muy poco importa mi voz,
ahora solo importan estas pocas letras
y tú,
inspiración de aquellas,
de aquellas estrellas para guiar cualquier camino,
que hora quiero que sea mío,
muy distintivo
tan grande para cruzarlo como río
de a poquitos,
pero muy juntitos...

Palabras del amor no me salen varias,
pero hay tantas cosas que te quiero decir,
que me gustan tus cabellos claros largos
como manantial para mi sed tan implantada,
por aquel sol,
que no me deja ver
y que hace actuar de cualquier gana;
tú sonrisa tan rojo cobriza
y es que pedir permiso para un beso no quisiera,
pero no soy tuyo y perderte por algo tan rápido
no quisiera...

Tu voz me ha gustado desde siempre,
pues ya desde que teníamos tres años
he estado enamorado de ti,
insoportable las horas para darte la mano,
insoportables aquellos momentos en que me alejé de aquí,
de mi tierra,
insoportables estos tormentos
que no em dejaron preguntarte como estas
o defrente decirte que te quiero,
lamentables
pues nadie sabía como mi corazón andaba sufriendo...
era todo un infierno.

Antonnella!
yo te amo!
desde que tenía razón
y desde que me besaste a escondidas tras aquel árbol,
yo te amo,
desde que te invité ese helado,
desde que nos dimos ese beso
y me dejaste anonadado...
Ahora entregate a mi,
a mis sueños, a mis lamentos,
a mi vida,
magnífica si me dijeras que si!..
ahora... quisieras salir?
pues temo que los invitados de la boda,
se comiencen a ir...

 

Bello, hermoso, conmovedor, una preciosura magnífica muy linda.