Carta de un soldado

Adiós.., pero conmigo será...,
Irás adentro de cada gota de sangre,
Que circule en mis venas,
O fuera...,
Beso que me abraza el rostro.

Dulce mía..., recibe el gran Amor...,
Que salió de mi vida...,
Y que en ti no encontraba territorio,
Como el explorador perdido...,
En la isla de pan y miel.

Yo te encontré después de la tormenta,
La lluvia lavó el aire,
Y en el agua...,
Tus dulces pies brillaban como peces.

Adorada..., me voy a mis combates.

Arañaré la tierra para hacerte una cueva,
Y allí..., tu capitán...,
Te esperará con flores en el lecho.

No pienses más..., mi dulce,
En el tormento que pasó entre nosotros,
Como un rayo de fósforo...,
Dejándonos tal vez su quemadura.

La Paz llegó también,
Pues regreso a luchar a mi tierra,
Y como tengo el corazón completo...,
Con la parte de sangre que me diste para siempre,
Y como llevo las manos llenas de tu ser desnudo,
Mírame..., mírame...,
Mírame por el mar voy radiante,
Mírame por la noche que navego,
Mar y noche son los ojos tuyos.

No he salido de ti cuando me alejo.





Ahora voy a contarte...,
Mi tierra será tuya,
Voy a conquistarla no solo para dártela,
Sino para que todos...,
Para todo mi pueblo.

Saldrá el ladrón de su Torre.

El invasor será expulsado.

Entonces..., todos los frutos de la vida...,
Crecerán en mis manos,
Acostumbrados antes a la pólvora,
Y sabré acariciar las flores,
Por que tú me enseñaste la ternura.

Dulce mía..., adorada...,
Vendrás conmigo a la lucha cuerpo a cuerpo,
Por que en mi corazón viven tus besos,
Como banderas,
Y si caigo...,
No solo me cubrirá la tierra,
Sino también..., este gran Amor que me trajiste,
Y que vive circulando en mi sangre.

Vendrás conmigo...,
En esa hora te espero,
En esa hora y en todas las horas...,
A cada hora te espero.

Y cuando venga la tristeza..., que odio...,
A golpear tu puerta,
Dile que yo te espero,
Y cuando la soledad, quiera que cambies...,
La sortija en que esta mi nombre escrito,
Dile..., dile a la soledad que hable conmigo,
Que debí marcharme...,
Por que soy un soldado,
Y aquí donde estoy...,
Bajo la nieve y bajo el fuego,
Amor mío..., te espero.






Cuando te digan...,
Ese hombre no te quiere,
Recuerda...,
Que están solos mis pies esta noche,
Y buscan los dulces y pequeños pies...,
Que yo adoro.

Amor..., cuando te digan que te olvidé,
Y aun cuando sea yo quién lo diga...,
Cuando yo te lo diga..., no me creas,
¿Quién y Cómo...,
Podría cortarte de mi pecho?...,
Y...,¿Quién recibiría mi sangre...,
Cuando hacia ti me fuera desangrando?.

Pero no puedo olvidar a mi pueblo.

Voy a luchar en cada calle,
Detrás de cada piedra.

Tu Amor también me ayuda...,
Es como una flor cerrada,
Que me llena con su aroma...,
Y se abre de pronto dentro de mí,
Como una gran estrella.

Amor mío..., es de noche,
El agua negra y el mundo dormido me rodean,
Vendrá luego la aurora,
Y yo mientras tanto te escribo...,
Escribo para decirte..., te Amo.

Para decirte te Amo...,
Cuida..., limpia..., levanta...,
Y defiende nuestro Amor..., alma mía.

Te dejo como si dejara...,
Un puñado de tierra con semillas,
De nuestro Amor..., nacerá una vida...,
De él beberá agua.

Y tal vez..., llegará un día...,
En que un hombre y una mujer...,
Iguales a nosotros...,
Tocarán este Amor,
Y aun tendrá fuerza...,
Para quemar las manos que lo toquen.
¿Quiénes fuimos?..., no importa,
Tocarán este fuego...,
Y el fuego..., dulce mía...,
Dirá tu simple nombre y el mío,
El nombre que tú sola supiste,
Porque tu sola sobre la Tierra sabes quien soy,
Y porque nadie me conoce como una...,
Como una sola de tus manos,
Porque nadie supo como..., ni cuando...,
Mi corazón estuvo ardiendo,
Tan solo tus dulces ojos lo supieron...,
Tu tierna boca..., tu piel...,
Tus pechos..., tu vientre...,
Tus entrañas..., y el alma tuya que yo desperté...,
Para que se quedara contando...,
Hasta el fin de la vida.

Amor..., te espero,
Adiós..., Amor..., te espero.

Esta carta se termina sin ninguna tristeza,
Están firmes mis pies sobre la tierra,
Mi mano escribe en el camino,
Y en medio de la vida estaré siempre...,
Junto al amigo..., frente al enemigo,
Con tu nombre en la boca...,
Y un beso que jamás se apartó de la tuya.

Amor..., Amada mía..., te espero.


P.D. : Mi último aliento dirá tu nombre...,
Te espero amada mía..., te Amo.


Dedicada a los Amores que se desvanecieron por una guerra, y donde su pueblo aun no reconoce a sus héroes muertos, y tampoco a aquellos que sobrevivieron.

 

buen pregon con el alma en la boca y el corazon en el fusil, estrellas hermano.

 

Gracias..., hermano..., un abrazo.