Carta III.

Y que decir, cuando la vida te da la espalda, cuando el corazón deja de latir...
Cuando un alma rota se esconde y solo sabe discutir...
Y si la soledad es amarga, los llantos pueden ser eternos...
Cuando una risa no lo es todo, cuando el amor se convierte en odio...
Y aunque uno no se de cuenta, siempre están ahí los mismos, por los cual uno daría la vida.
Mí vida, ya sabe dios que no es lo más valioso que tengo, pero si es lo único que puedo dar...
Como dije en su momento, no tengo restos de orgullo, ni siquiera dignidad...
Grande es el amor para los enamorados, y triste cuando se convierte en odio, lo que en su día fué gloria.​

 

Cargada de sentimientos, Carly.
Saludos desde Perú, poeta.

 

Upss, una carta cargada de nostalgía y mucha impotencia, no he leìdo las anteriores, pero si deseo leer la IV Carta llena de esperanza y nuevos sueños...
Un placer haber llegado hasta tus letras.
Saludos desde Argentina.

 

Más creo que el odio llega cuando no se sabe perdonar ni olvidar,
porque el amor cubre multitud de faltas y si el amor es verdadero
siempre durará, si no dura es porque alguno de los dos dejó de luchar
pero sobre todo también dejo de sembrarlo.
Mil estrellas desde mi bella tierra.
Siempre habrá una nueva oportunidad para volver amar.