Casi todo envejece.

¡Todo envejece!
Las plantas, los mamíferos,
los reptiles y los peces,
los árboles, las rocas,
las tierras fértiles
y las estériles,
las aves marítimas
y las terrestres.
¡Todo, todo envejece!
Los sueños,
las ilusiones,
los logros,
los planetas,
las estrellas,
el cosmos,
la deformada
memoria,
los recuerdos
de recuerdos,
las palabras.
Todo... ¡Todo envejece!
Por lo que no entiendo
por qué sádico demonio
no pasa el tiempo
por aquel temblor en su mirada
cuando le dije que la amaba
en aquel preciso momento,
justo antes de que se la tragara
aquel maldito aeropuerto.

 

Fascinante... gran poema, sí señor!

 

Si señor; todo envejece, menos el dolor, si este es causado por amor.

 

Ramiro, yo creo que las dos únicas cosas que arraigan en los seres humanos y que van más allá de sus existencias son el Odio y el Amor y, por suerte, lo mío aquí es Amor. Pues ese dolor del que hablas sólo me es una mezcla de simples imágenes, sonidos y palabras, meros recordatorios de que soy capaz de amar sin pedir nada.

Un cordial saludo, poeta.

 

Pues ese dolor del que hablas sólo me es una mezcla de simples imágenes, sonidos y palabras, meros recordatorios de que soy capaz de amar sin pedir nada.


la incondicionalidad...somos tan parecidos..excelente amigis..