Castillos de arena

En cada torre se vislumbraba una flor
acompañadas por las ondulantes telas
y en la cúspide elevada, y muy bien acomodada
se enorgullecía una estrella

Y las débiles columnas, cilíndricas y cansadas
eran brillantes, perfectas, todas de granos de arena
fuertemente amenazadas

El arte se levantó, por manos de un soñador
llamó la atención la obra, su duración sería corta
lo sabía el constructor

Sopló el viento sin maldad, pues piedad quiso tener
y aguantó un poco su paso, la culpa del descalabro
no quiso cargarla el

Colgadas en nubes grises las gotas se sostenían
y pensaron como el viento, resistieron en el tiempo
a ver lo que sucedía

Y se preguntaba el sol, en su luminosa altura
¿Por qué castillos de arena, no conoce el constructor
de los peligros que enfrenta?

Pasó un anciano admirado al ver las torres lucirse
pensó mirando la estrella, tal vez el hombre no tenga
un trozo de tierra firme

Chocó una ola asesina, a la débil fortaleza
y una fuerza incomodada, transportó las gotas bravas
dignas por su resistencia

Lloró el viento y arrastró, con violencia hacia la arena
una estrella que flotaba, y las dos telas mojadas
que eran pequeñas banderas

Sin darse cuenta el anciano, un niño a su lado hablaba
tal vez, construyó su sueño, un nido de amor muy tierno
para su reina adorada

Fueron los dos a la orilla a tomar lo que quedaba
y cuentan que al otro día, otro castillo existía
muy temprano en la mañana​