Celdas y comercios

Cuánta oscuridad se ha vertido sobre estos ojos
sobre este peso que tienen las pestañas cuando un mal sueño ataca
todo el cuerpo recula y se echa para atrás hasta hacer un ángulo en la gota más sedienta
de la acera
y permanecemos como en una siembra esperando la opacidad de los amantes del asfalto
de los delirios que fingen un sonido de campanas en los mostradores
adheridos a las bocas salvajes del comercio.
Qué paso de perdedores en la acera dispuesta como flama que quema haciéndonos saltar
hasta la puesta de las peleterías hasta el enojoso guiño del status.
Es así como todo está desparramado y he cerrado los ojos
una vaciedad me hace caer en el laberinto más grueso del silencio
y escapo inhalando con todas mis fuerzas el último sueño que queda sin tocar
y correr hasta la primera parada de la calma...