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chico de la ciudad

Tema en 'Poemas Generales' comenzado por hanibal velez, 7 de Mayo de 2012. Respuestas: 0 | Visitas: 334

  1. hanibal velez

    hanibal velez Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    29 de Abril de 2012
    Mensajes:
    43
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    Género:
    Hombre

    por el camino veo hoy a mi gran ciudad, está poblada
    de miles de gentes que andan sin mirar atrás, unos
    llevan el peso del sufrir en su frente, otros corren
    como queriendo escapar, y otros en sus lujosos autos
    viajan despreocupados de la sociedad,

    mientras que en aquella silla, silla de asfalto, que adorna el
    parque de mi gran ciudad, se encuentra un chico pidiendo monedas
    para comprar un pan, algunos le dan algo, pero la mayoría
    no da nada, y el chico sigue sentado en aquella silla
    que es su casa, su cama y su hogar,

    veo caer la tarde, tarde de estrés, angustia , dolor y llanto,
    y en la esquina del parque veo a un tumulto de gentes
    desesperadas con un plato en sus manos, esperando, esperando a
    a que llegue el alma caritativa que esta noche les dará su desayuno,
    almuerzo y cena en una sola comida, que suplirá el hambre de aquellas
    personas que su único hogar es la desolada calle,

    aquel chico espera con ansias a que llegue su turno para recibir
    su cena, en su rostro sucio se refleja el sufrir, y su organismo
    ya está destruido por el vicio que le da fuerzas para soportar el
    hambre y el frió de mi gran ciudad, el chico recibe su cena y
    con esa alegría empieza a comer, a comer por primer vez algo
    que no son sobras de las basuras, a comer por última vez, porque
    su organismo ya no resiste mas, y será esta noche, la última
    noche que sus ojos verán,

    el chico termina de cenar, se retira para su casa, su cama, su hogar,
    su silla, y empieza a contar las monedas que recolecto hoy para
    comprar su pan, pero estas monedas ya están destinadas y no
    son para comprar un pan, estas monedas son para comprar el vicio
    que le dará fuerzas para soportar el frió de esta gran ciudad, pasa
    el jíbaro por el parque, el chico le llama, compra un sobre de
    bazuco, y lo rinde con ripio de ladrillo para que le dure unos días más,

    el chico empieza a fumar en su silla, silla que otro ocupara, silla
    que ha visto la miseria de mi ciudad, termina el chico de fumar,
    en su cabeza giros y giros, y empieza el chico a alucinar, se recuesta,
    cierra los ojos, para nunca mas volver a despertar.​
     
    #1

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