Cibernética sirena- Soneto

Hola amigos mundopoetosos:
Con poco tiempo para visitar el sitio, aprovecho este momento para compartir lo que sigue:

Cibernética sirena

Eres la cibernética sirena,
bella que emerge en líquidos cristales,
la musa de los náufragos virtuales
y Venus del satélite y la antena.

No ofrendas a tu amante luna llena
ni sugieres poemas inmortales,
tan sólo las eléctricas señales,
de un encanto que al alma no encadena.

No reserva tu cuerpo los enigmas
que corren de tu piel hacia tus ansias
en la noche de oleajes y de espumas.

Irrealidad sin máculas ni estigmas,
que aunque atraviesas lenguas y distancias
el lecho de los hombres no perfumas

 

Caramba, Miguel, ¿te dedicas a la crítica virtual de la lírica virtual ahora? Extrañaba mi soneto semanal, oye.

Bonito soneto, pleno de esdrújulas. Te sobra un «la» en el primer verso.

lo de lenguas es homófono de leguas nomás?

toda mi deuda de apapachos y abrazos
Jorge
anoto tus sinéresis en «oleajes» y en «irrealidad» para mi colección de las buenas

 

Hola Jorge:
Me da mucho gusto encontrarte en estos lares, de mi ausencia tengo el póco válido pretexto de que la musa enda un tanto seca. El presente soneto tenía unas semanas guardado esperando a que madurase y poderlo compartir, en efecto, son divertidas las esdrújulas, aunque nunca estoy muy seguro de si no me estoy excediendo. Respecto de las sinéresis que citas, trato de no tomarme las reglas al pie de la letra, sino a su espíritu, ya veremos qué opinan los moeradores.
Recibo con gusto el apapacho y correspondo con otro.
Miguel

 

Si es que a veces es una droga esta cibernética que nos pone a cien, jajaja, lo bueno que tiene es que le podemos decir lo que queramos y no se enfada, jajaja. Un buen soneto Miguel, donde también aprecio dos sinéresis como licencia poética.
Un saludo cordial.

 

Un soneto maravilloso !!. La virtualidad también ayuda ...
mis,aplausos sinceros.
Un abrazo.

 

Excelente, estimado Miguel,
una de las cosas a la que no he renunciado, es a visitar tus sonetos,
en este caso, anotadas las puntualizaciones del implacable Musador,
y la correcta evaluación de Antonio,
no tengo más que aplaudir;
un saludo cordial,
Eduardo
me verás seguido por acá,