Cinematografía.

Habíamos aprendido a no estorbarnos, el uno al otro.
En nuestros quehaceres cotidianos, éramos un matrimonio feliz.
Se podía decir que apenas existíamos, pues no dejábamos huella.
Auténticos espías russos y americanos, durante la guerra fría, pero sin odio ni rencor.





Nuestros hijos aprendían a base de Dolor, como Dios manda.


Pero ninguno escogió el Servicio Militar.
Preferían la Poesía, la pintura al óleo, y la música clásica.
El último de todos, amó la religión.
Las hijas eran excelentes costureras y amas de casa.


Pero la rebeldía las impulsaba a bailar. La desnudez de una de ellas, hizo que me vendara los ojos.


Anduve ciego durante una semana entera...
¿ Recuerdas ? Esa discoteca en la cuál, se exhibían.
Y no se lo podía prohibir. Habían madurado, al rebasar la frontera de la mayoría de edad.
Recién cruzado el río agobiante y caudaloso, de la adolescencia.


Ahora, estamos podridos de dinero. Lo cuál es magnífico, ya que podemos repartir.


Sin embargo, no nos tienen envidia, en este pueblo.
Ni nos persiguen las bandas armadas. Ni nos secuestran.
Ni nos...
¡ No existimos ! Es sólo, una impresión. Pero al principio, era la Nada y era el Todo.


Con lo cuál, todo es, y nada es, al mismo tiempo. El Universo es cinematografía...