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Circuitos

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Cris Cam, 10 de Marzo de 2019. Respuestas: 4 | Visitas: 414

  1. Cris Cam

    Cris Cam Poeta adicto al portal

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    Circuitos

    Al salir al patio sintió alivio. El olor penetrante de la laca y el óleo la estaban mareando. Jazmín lloraba en su corralito. Buscó la sombra del paraíso, respiró 5 veces con la boca de par en par. Se desanudó el pañuelo de la cabeza y corrió a mimosear a la bebe.

    La casa estaba quedando como quería. Tenían que discutir un poco más cual alfombra comprar para el estudio, la del dormitorio recién estrenada era bonita, pero el dibujo la hacía muy cara.

    Estaba terminando un nuevo paisaje, no le costaba nada hacerlo y eran muy solicitados.

    Sonó el timbre justo cuando Jazmín se durmió, apretó los labios para que no se despertara, salió a la puerta.

    Se turbó al ver al cana detrás de la mirilla, pero abrió.

    - ¿Esta es la casa del señor Estuka?

    - Sí, sí. Dijo nerviosa.

    - ¿Es Ud. su esposa?

    - Sí. Volvió a decir.

    - Su esposo ha tenido un accidente...

    La atacó una aguda respiración.

    - ... esta internado en el Hospital Argerich, sólo tengo información de que vive pero está grave...

    - Marcos, Marcos, Marcos...

    Empezó a gritar en cuanto la histeria se lo permitía. Se dejo caer sobre el umbral se arrancó la cofia, todo su pelo morocho se volcó desordenado sobre la cara. Doña Mercedes se acercó y recibió la misma lacónica información del policía, quien dando su consigna por cumplida, montó su moto y volvió a su puesto.

    Marcos dormía inconsciente. El tubo plástico de la boca, le expandía y contraía rítmicamente el pecho. Una breve marca en la frente. Era todo lo que vio Marcela luego de pedir y concedercele inspeccionar el cuerpo. No entendió cómo un mínimo golpe, al imbatible Marcos, lo había volteado de esa manera.

    Ya terminaba, hoy temprano, su circuito diario. Había visto a su último cliente, que como siempre lo llamaba desesperado y lo despedía conforme. Hoy había sido fácil, restableció el servidor de correo y la subida a Internet. Previno con pruebas de rastreo la posibilidad de un sabotaje interno, más infantil que serio y se fue. Se alegró. La vez anterior tuvo que restablecer cuenta por cuenta hasta las 4 de la mañana. Hoy no. Hoy podría tomar el mate de las 6 con Marcela y jugar un rato con Jazmín. Venía pensando en eso cuando al divisar el Parque Lezama, recordando los paseos circulares con Marcela entre las viejas cerámicas, un 29 que venía con atraso en su vuelta, decidió no esperar el verde. Fue casi intrascendente, el Duna giró sobre si mismo y la cabeza de Marcos pegó contra el volante. Quedó en Medio de Paseo Colón con la alarma cumpliendo su cíclico llamado.

    Tardaron apenas 17 minutos entre el rescate, la internación, el salvataje y el respirador, pero algo no dejó cerrar el circuito. Marcos estaba inexplicablemente inconsciente.

    Marcos estuvo toda la primavera en zona muerta. Atado por tubos y cables, al circuito de monitoreo y al circulo vital. Marcela cumpliendo un rito casi mágico, respetando las horas del domingo, lo asistía. A las 9 le retiraba el balde de evacuación, lo lavaba, lo peinaba, lo cambiaba de posición. Lo acariciaba largas horas. Veía como el imponente y natural físico de su amor, se consumía. Nunca le había visto la marca de los pómulos, las costillas y las caderas. Se le pusieron amarillos los dientes. Le cortó el pelo para evitar los piojos.

    Algunas noches, la enfermera, la escuchaba llorar. Sabía que Marcela estaba subida a la cama, desnuda, dándole calor con su cuerpo. Invocándole los recuerdos de piel, para saber si era suficiente para hacerlo volver. Algunas veces Marcos abría los ojos y parecía estar mirándola.

    Una mañana en que Marcela estaba con su madre, pidiéndole ayuda para pagar la hipoteca y siéndole, como siempre, negada, Marcos reconoció al médico.

    - No debías haberte casado con un fracasado.

    Sonidos guturales entre el ahogo y los ojos en circulo.

    - No tenés derecho a decirle así.

    El médico tiró la planilla, le quitó la boquilla, certificó que el paciente respiraba por si mismo.

    Marcela estuvo por caer en llanto, pero se contuvo.

    El médico le limpió la lengua, la garganta y la boca con una gasa, le hizo tomar agua, vio que no la vomitaba.

    - Vos estás para cosas mejores, sos una excelente pintora y diseñadora, no podés estar al lado de un tipo que ni título tiene.

    La enfermera comenzó a asistirlo, con mucha precaución y teniendo los descartables a mano por si tenían que volver a colocarlos, fueron quitándole, despacio y firmemente, cada uno de los catéteres, que lo ataban a tierra.

    - No tiene título pero tiene otras cosas que vos nunca le reconociste ni a él ni a papá.

    - Doctor Subiela. ¡Pronunció Marcos, seguro que los convencería!

    - Yo me quedé al lado de un fracasado por tu culpa, no tendría que haberte tenido. Pero creí que se comportaría como un hombre y lo único que hizo toda su vida es dar ejemplos de altruismo y bondad, eso no es un hombre y tampoco lo es el tuyo, volvemos a darle otra vuelta a la noria.

    Unicamente le dejaron el monitor cardiorespiratorio, que sólo se hacía eco de algunas crepitaciones aisladas.

    - Vos nunca supiste lo que es el amor, a vos te negaron la dulzura. Ni sabés lo que es un orgasmo. No voy a hablar más. Adiós.

    - ¡Bienvenido!. Dijo el Dr. Subiela.

    - Ya vas a volver con el caballo cansado. Soy tu madre, voy a esperar. Quizá tengamos la suerte de que no despierte y puedas empezar de nuevo de verdad.

    - Marcela... Jazmín...

    - Mientras tanto no nos vas a ver más, ni a mí, ni a mi hija.

    - Tranquilo hombre - dijo el médico- tres meses de espera de su mujer, acá. Y a Ud. se le ocurre despertarse cuando no está.

    Marcela lo decidió. Aunque Marcos no lo aprobara, vendió su Invierno en el Puente. El marchant pegó un grito de alegría. Le pagó cash un 25% de adelanto. Ya le había subido 8 veces el precio. Sabía que sería la estrella de la próxima exposición y él la figura del Circulo Argentino de Vendedores de Arte. Pagó la hipoteca.

    Todo el verano Marcos pasó recuperando la conciencia, el cuerpo y la memoria. A finales de febrero le dieron el alta definitiva. Ambos sabían que todo recomenzaría.

    Nunca habían salido a correr, pero lo hicieron. Nunca habían hecho ejercicios de memoria pero lo hicieron. Pero lo que siempre hicieron, no lo pudieron hacer. No hubo explicación médica, neurológica y psicológica.

    Marcela dejó de usar la cofia de Seda Mejicana, que le había traído su amiga Carla de Acapulco, con la indicación que había sido usada por Frida Kalo. Una sarta de mentiras en circulo espantosas, pero la uso. Acarició la imagen de Trostky por última vez y la guardó en un cajón del desván. Recordó haber pintado su Círculo de Perlas y engendrado a Jazmín con ella.

    Una tarde de otoño. Finalmente vino Eduardo de visita.

    Eduardo era el mejor amigo de Marcos. Cursaron el secundario juntos. Eduardo lo llevó a Sociología hasta que una tarde, aburrida y lluviosa, dejaron a Levi Strauss y Sartre y se fueron a pasear por la Manzana de las Luces. Una exposición de arte. Una morocha de ojos profundamente celestes. Ambos se miraron y apostaron. Ganó Marcos. Marcos dejó Sociología y se empleó en una oficina técnica.

    Eduardo conservaba el buen humor de entonces. Descubrió un Marcos apagado. Le tomó las muñecas cansadas a la esposa de su amigo, que tenía nubes en sus cielos. Marcos aparece y le dice:

    - Te acordás cuando hicimos el trabajo práctico de los Israelitas, los Papua y los Esquimales.

    Eduardo no podía acordarse a cual de las decenas de trabajos que habían entregado juntos se refería.

    - Te acordás - insistió Marcos - que comentabas de las trazas de nuestra abominable cultura judeocristiana y la superioridad de las culturas inferiores.

    Eduardo trae a luz su comentario de 10 años atrás, por lo que sigue con intriga el monólogo de su amigo.

    - Bueno, quiero que te acuestes con mi mujer.

    Eduardo suelta automática e instintivamente las manos de Marcela.

    - ¿Cómo? ¿No me habías dicho aquella tarde de exposición, que me fije en el lomo de la morocha? ¿Que defecto ha contraído esa morocha, para que la desprecies de esa manera?

    Eduardo se pone firme y serio, y responde:

    - Se ha convertido en la mujer de mi mejor amigo.

    - Y eso es impedimento para cumplir con los designios naturales. Es la mujer de tu mejor amigo y tu mejor amigo, porque es tu mejor amigo, te la ofrece.

    - Marcos - se enoja y apena Eduardo- ¿Qué estás diciendo?

    - Acá tenemos otro cómodo burgués, -insiste Marcos-, puede afirmar y firmar una opinión académica, pero a la hora de las acciones, deja los adoquines en su lugar, para no ofender a De Gaulle.

    - No te entiendo Marcos, amigo. Dice Eduardo con lágrimas en los ojos, pensando en la salud mental de su amigo.

    - Simple como el agua. Te entrego lo mejor que tengo. Una flor mas madura y hermosa que cuando la conocimos. Vos sos mi hermano de elección. Dale lo que yo no puedo. Quedé impotente Eduardo. Si no puedo confiar en vos, nada me queda.

    Eduardo lanzó un llanto contenido y le contestó:

    - No, hermano, no puedo...

    - Entonces salí de esta casa falso de mierda. Escapandosele un sollozo.

    Marcela intercede, tomándole el rostro entre las manos.

    Eduardo salió por la puerta, con la intención de no volver nunca más.

    El día del aniversario del accidente. Marcos volvió temprano. A salvo, y con una decisión tomada. Marcela últimamente estaba muy alterada. Marcos sabía perfectamente el motivo. Jazmín ya hablaba y reproducía las blasfemias de su madre.

    - Marcela, fui al juzgado.

    - ¡Al juzgado!, ¿Que juzgado?

    - Vamos a divorciarnos.

    - ¿Cómo?. Que... que te pasa... No, no... quien es... donde la conociste...

    - Marcela, no te hagás la boluda, que ambos sabemos perfectamente que pasa.

    - Pero yo no quiero divorciarme.

    - Y yo no quiero cuernos.

    - Estás insinuando que te engaño.

    - No. Porque sos muy boluda, o me amás demasiado. Y yo no quiero ni una cosa ni la otra. El hombre que conociste se murió al cruzar un semáforo en verde. Ya estoy harto de reglas que nadie respeta. Hagámoslo nosotros también.

    - Pero no pensaste en Jazmín, que te va a extrañar...

    - ¿Por qué, me la pensás negar?

    - No. Es que...

    - Te das cuenta que no hay excusas.

    La madre de Marcela festejó el divorcio regalándole un hermoso departamento. Pronto Marcela encontró una pareja digna de su estirpe. Pasó el circunspecto examen de su madre y el lejano de Marcos. Adrián se llama. Extraño curriculum el de Adrián, licenciado en economía y puede hacer el amor por lo menos cuatro veces a la semana, es social y deportivo. Es simpático con Jazmín y paga las cuentas. Pero Marcela no lo ama.

    Jazmín entró a preescolar. Todos los miércoles, sale a pasear con sus padres, que la llevan al cine, a Mc Donald y la dejan un rato del tío Eduardo.

    Marcos y Marcela se desnudan siempre en la misma habitación. Marcos le cuenta de elefantes blancos mientras le recorre con sus manos la blanca piel, ella le susurra sonidos de pájaros. El haya paz de cielos rosas, ella encuentros de tormentas disipadas.

    La vida es tan circular, que quien sabe que se proponen los circuitos.
     
    #1
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  2. sergio amigo

    sergio amigo Invitado

    Cuando no puedes satisfacer las necesidades de ese ser amado ni retomar aquellas mejores costumbres echas mano a cualquier recurso. Saludos cordiales, Cris.
     
    #2
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  3. Cris Cam

    Cris Cam Poeta adicto al portal

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    Es controversial pero esa era la idea.
     
    #3
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  4. sergio amigo

    sergio amigo Invitado

    Otra más de tus buenas historias. Saludos.
     
    #4
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  5. Cris Cam

    Cris Cam Poeta adicto al portal

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    Gracias.
     
    #5
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