Claro de Luna

Con la sangre agolpada en mis sienes,
Con el sudor recorriendo mi espina,
Al fin llego hasta tu alcoba,
Escalando precipicios insondables,
Enfrentando los peligros, dejando atrás todo...

He venido con una rosa en mis manos,
Apretando fuerte mientras las espinas se clavan,
No siento la sangre que emana de las agudas heridas,
Con un pensamiento poso mis pies en el mármol,

Y ahí a través de las cortinas te diviso,
Frente a un espejo peinando tú hermoso cabello,
La fina bata deja relucir tus encantos,
Como furtivo ladrón entro en tus aposentos,
Y mi reflejo me delata...

Tu rostro se ilumina con una sonrisa,
Y a tus pies me postro como el más humilde de los amantes,
He venido hasta aquí con el único propósito de amarte,
De entregarte estas palabras escritas para tí,

Que sea esta noche nuestra noche,
Que no demoremos más ni un segundo,
¡Esta noche nos fugaremos amor mío!
Así lo decidió el destino mismo,
Así lo decidió la absurda tiranía de nuestros padres...

Ocultos bajo las sombras,
Con el manto de la oscuridad como escenografía,
Ahí escucharán los cascos de mi caballo,
Cabalgando hacia la libertad,
¡Llevándonos a nuestro paraíso terrenal!

Con ojos lagrimosos nos besamos,
Con abrazos apretados nos juramos amor eterno,
Bendita sea la vida por ponernos uno al lado del otro,
He venido deseando esto desde que os vi en la plaza,
Acompañada por solo el viento y el rezo de sus plegarias,

Acunada por la miel que derramas en tus encantos,
En los suaves modos en tu hermoso y valeroso corazón,
Enamorándome perdidamente con solo veros una vez,
Haciendo la promesa de ser tuyo hasta el final...

Tras nosotros se escuchan ya los perseguidores,
Y tiemblas bajo mi pecho...
¡Oh sublime amada mía! ¡Mi niña!
¡Nada debéis temer que el amor triunfará al final!

Y es así que llegamos al final de la jornada,
En este bello claro perderemos nuestra vida,
Liberaremos nuestras almas de estos cuerpos maldecidos,
Para una vez regresando a ser almas inmortales,
Ni Dios mismo nos podrá separar...

Un tierno abrazo,
Un dulce beso y así termina nuestra vida,
Porque más allá de las injurias humanas,
Más allá de los egoísmos tontos,
Encontramos nuestro amor..,

Convirtiéndonos en viento,
Convirtiéndonos en lluvia,
Y en cada amanecer nos recordarán,
Como amado y amada...
Fundidos en una sola realidad...

Con amor eterno y desenfrenado...


Lord Vélfragor