Claudia de la tierra...

Claudia no deja de sorprenderme con sus cartas. Confieso que llego a tener celo de sus escapadas a otros mundos, a sus viajes por la nubes. Para ella a veces es dolor, mas para mi es una danza que disfruto como si fueran mías.

No se si es legal que copie y pegue sus palabras que sólo van dirigidas a mi...Pero supongo que nuestro vinculo es lo suficientemente fuerte como para tomar una de la otra lo que se estime necesario…

Y esto es lo que hoy me ha escrito…Y lo que a mi me acaricia por dentro, a sabiendas de que de alguna manera, yo lo vivo en ella y ella en mi...

"Mi querida amiga, esta noche, cuando caminaba por los lugares oscuros de mi inconsciencia, aun en ellos te recordé. No sabes como desee hablar contigo allí en las profundidades. A la vez que sabia que te hubiera gustado acompañarme en este viaje…

Por vez primera no encontré esa densa oscuridad que suele acompañarme en mis viajes. Esta vez me desperté en un salón lleno de luz, de lamparas altas con luz blanca muy brillante. Todo el entorno era como de mármol, y yo, yo miraba extasiada tanta belleza...Aunque lo cierto es que se me hacia extraño y me preguntaba que hacia yo allí…
Era como una especie de hotel de lujo, aun las personas que por allí paseaban iban elegantemente vestidas, mas yo, como siempre iba con mis vaqueros roídos y mi camiseta blanca...Allí le vi a él, me llamo la atención por su belleza, creo amiga que nunca he visto a una persona más atractiva...Aun su sonrisa paralizaba...Pero yo, no quise detenerme mas, a pesar de que él me miraba y me sonreía, como si en nada me viera diferente a las demás personas de aquel hotel lujoso.
Seguí mi camino y salí de aquel lugar extraño, mas me di cuenta que me seguía un ser bastante insólito que trabajaba para el hombre atractivo...Aunque este, daba mas bien miedo, tenia una sonrisa dibujada como si fuera un payaso, de esos que tanto miedo nos dan a ti y a mi...

Yo no dejaba de mirar tras de mi. Aquel personaje me pisaba casi los talones cuando me encontré en una especie de librería antigua, muy antigua...Había muchos libros con los cantos ajados en las estanterías. Y un aroma inconfundible a papel viejo y cuidado, conservado con amor. Había también algunos trajes colgando de unas baldas.
Toda la estancia era de color ocre, como color tierra y dorado.
Habían dos mostradores, detrás del primero, se encontraba un hombre muy alto y fuerte, muy bien vestido, pero sin lujo. Y detrás del otro mostrador, me escondí yo, para que el personaje no me encontrara y para ver la escena cuando él entrase allí.

Me di cuenta que detrás mio, detrás de mi escondite, había como un velo grande, tan grande que parecía pender del cielo. Sin transparencia, de tela muy tupida y consistente...Y tras de él, una luz tenue, suave, como color vainilla…

En ese momento entró en escena el personaje que me seguía, pero había cambiado de rostro, y hasta su ropa era ahora más elegante...Llevaba una maleta en la mano con una hoja de papel, me pareció que era como una especie de contrato o testamento, no se. Se dirigió hacia el hombre alto que detrás de su mostrador, cortaba como unas telas para hacer ropa...En ese momento, escuché una voz que venia de detrás del velo, que le dijo: ¡Ofrece lo que sea, ofrece lo mejor…!El hombre del mostrador, le ofreció mucho dinero, y muchas joyas, muchos objetos de valor...Mas el personaje que me seguía, el que me daba miedo, no acepto nada y mas bien se reía, su jefe, tenia de sobra todo eso que el hombre le ofrecía…
Entonces volví a escuchar la voz de detrás del velo, que de nuevo decía:¡ Da lo que te pida, da lo mejor! ¡DA TODO!

Me sorprendió que lo que le ofreció al personaje fue un traje recién cortado, uno entre muchos que había allí. El personaje que me seguía, se puso nervioso, como si fuera a traicionar a su jefe si firmaba, pero la oferta era imposible de rechazar. Temblando casi, como si estuviera aterrado firmó aquella hoja que él mismo había traído con tanta seguridad.

Yo no me atrevía a salir de mi escondite, estaba llena de miedo, hasta temblaba, me preguntaba en qué lugar estaba... y entonces, entonces en ese momento Sandra, alguien me susurro a al oído, ¡No temas, está firmado…!
Mas pensé que era fruto de mi imaginación, fruto del pánico que sentía. Pero de pronto, el hombre que hablaba desde detrás del velo salió, y se dirigió hacia el vendedor, se miraron como aliviados, pero seguros...EL vendedor le dijo al hombre, ¡Todo en orden Señor!

Entonces vi como se sentaron alrededor de una pequeña mesa color miel, y el hombre de detrás del velo, le dio vueltas a un bolo terráqueo que me pareció antiquísimo, también del color del entorno, ocre, miel, como dorado apagado…
Entonces, el vendedor pregunto, ¿ A dónde la enviaremos? Y el hombre respondió parando la bola que giraba , a ningún lugar, le daremos descanso, le daremos libertad.

Yo no entendía nada y seguía escondida aun con temor, pues pensaba que ellos no debían verme allí.
Que tonta amiga, creo que me supieron desde el principio, desde que entré y me escondí…
Volvió en ese instante la voz a susurrarme al oído: ¡Puedes irte, no temas, está firmado…!
Mas yo aun seguía temblando...Y entonces, la voz con mas contundencia me dijo, ¡Confía, nada ni nadie puede destruir el documento! ¡Está firmado!

Es curioso, el hombre bueno, el que grito al vendedor que diera todo, también estaba vestido de color tierra.

Recordé al otro, al atractivo, y en como huí de él sin saber por qué...Sin embargo me hubiera quedado todo el tiempo observando a este otro...

Salí de detrás de mi escondite amiga, y te confieso que aun me estremecía pensar que tenia que pasar al lado de ellos.
Pero ellos, siguieron dando la vuelta a la bola del mundo, siguieron hablando, con tranquilidad, y no se, de alguna manera, les sentí suspirar cuando me sintieron salir de allí de puntillas, con sigilo…

Salí a la calle, el hotel hermoso había desaparecido, volvía la oscuridad y la humedad...Era muy de noche y volví a sentir que me seguían...Entonces antes de adentrarme en la oscuridad mas profunda, aparecieron como tres ángeles, como siempre vestidos de negro, el del medio era enorme, los otros dos, parecían gemelos. Te resultará gracioso, pero el del medio, se me parecía a Aitor, (cuando se lo conté, se sintió orgulloso) El grande extendió su mano hacia la cara del personaje que me seguía, y solo con tocarle, su cara manó sangre, mucha sangre, y escuché que le decía: ¡Esto es lo mínimo que puedo hacerte!
Entonces, el personaje se desvaneció y desapareció.

Los tres me abrieron el paso, y yo me dirigí hacia el bosque donde adentrándome en la oscuridad, regresé a la casa gris..."

Gracias Claudia.
Sólo siento que , cuando tu acaricias de nuevo tu sueño, yo amanezco a un nuevo día y nunca nos adentramos juntas en la oscuridad...Supongo que es el equilibrio necesario para que nuestra amistad permanezca inalterable...

SHA.

 

En ocasiones me gustaría ir de la mano de Claudia, por esos senderos oníricos, recorrer los sueños de la tarde y visitar los mundos en que se pierde, en los que teme, de los que huye. Sumergirme en su universo de magia gris, de casas y ágeles, de doctor y amigos, leer sus cartas, Sandra, en las que te reconoce como amiga, como igual, casi como medium que trasmite sus palabras. Laberinto de imágenes y sensaciones en las que perderse...
Trasmítele mis saludos y un abrazo para ti.