Claudia hoy, escribe a oscuras.

Hoy he vuelto a despertar con esos terrores nocturnos que hacia tanto no transitaba.
Es cierto que siempre ando por mundos difíciles, grises, inmisericordes, pero en la mayoría de las veces, puedo escapar de ellos, mas esta vez, el lugar era mi interior, y cómo huir de uno mismo, cómo huir del terror que te engulle por dentro , que te devora a dentelladas las entrañas y terminas ahogándote en tu propia sangre.
He llamado a Doyle a gritos, pero una vez más ha mostrado su indiferencia… él me dice que no le soy indiferente, que eso es sólo fruto de mi imaginación, pero siento que soy sólo un experimento en sus manos, el huésped que ha escogido para probar hasta donde es capaz de llegar la mente humana sin perderse en los abismos de la locura…
Me lanza a los avernos, atada con cadenas, y me deja colgada en el aire para que aspire el aroma del terror, del dolor.
No sé, como puede creer que este método me ayudará a sanar, no me ayuda a bien, te lo aseguro, pues lo que me mantenía, se me ha derramado en el camino, sembrado a quedado éste de desesperanza, de desilusión, de incertidumbre, de incredulidad…
Le he suplicado con lágrimas, rogado con gemidos que como si de una transfusión de sangre se tratara, me extrajera el alma, y me dejara como una carcasa, como una cascara de nuez seca, a la que un niño pudiera poner una vela de papel y me echara a navegar en algún rio, me quedaría varada en cualquier orilla y allí esperaría a convertirme en agua y mezclarme con el mar donde no quedaría de mí, memoria…
De esta casa gris, salen algunos recuperados amiga mía, pero me temo que mi condena es perpetua y nunca veré más allá de lo que estas rejas me permiten…
Pero me tortura la idea de pensar cuanto durará una hora en esta vida oscura, me lo pregunto cada día. Sólo confió en que él , el ángel que me cuida, el que me presta sus fuerzas cuando ya desfallezco me llene una hora mas de luz en estos días míos sin vida.
También te tengo a ti, amiga mía, y me conforta escribirte , aun desde esta habitación que hoy esta vestida de un traje de pena, de espanto, de huidas de colores. El gris la ha inundado y ha apagado las luces de mi alma y yo, hoy, yo hoy te escribo a oscuras…
Claudia, desde la Casa gris.

Mi querida Claudia, no imaginas como me gustaría ayudarte, pero hoy, aun, no encuentro la manera, no se la forma. Sólo tengo esta, leerte, escucharte, y siempre que pueda trasladarme hasta la Casa y poder verte…
Siempre estaré contigo, siempre estarás en mí…

SHA.

 

Attt Lirae cuánto sentimiento destilan estas melancólicas letras, se siente ese miedo, esa oscuridad envolviendo al corazón en el miedo... ayyy cómo llegan tus letras, cuanto se sienten... Encantada de leerte mi querida amiga. Muchos besos llenos de cariño y de admiración sinceros.....muáááácksss....

 

Gracias mi Lomita...
Cuando hablo con Claudia, siento sus terrores, pero lo peor, es su desazón, su desesperanza...creo que eso es más terrorífico que el mismo "miedo"
Un beso, mi dulce poeta...

 

Mis aplausos. En primer lugar porque tu narración fluye con tanta intensidad que engancha al lector desde la primera línea. En segundo, porque el empleo del lenguaje y de su gramática, es soberbio. En tercero, porque la has escrito con una elevada forma poética, sí, podría decirse que es prosa poética. Y en cuarto, por lo profundo y bellamente aterrador de lo destilado en esas letras.
Me embargaron sensaciones varias (y mezcladas): la soledad, el terror, la dualidad, la locura, la ficción de estar sintiendo la esencia de un personaje de novela gótica, encerrado en su libro, cual una maldición, lo tenebroso de grises y sombras como fondo de jirones de negro como ala de cuervo. Tremenda es esa Casa Gris, y aterradora, tremenda la locura y la dualidad..., tremendo relato.
Mi casa es luminosa, de cielo azul y verdes prados, huye de ese encierro y vente a mi casa, jajajajajajajajajajajajajajajaja.
Besos, primor, como ves, no puedo resistirme a mis bromas tras un serio y respetuoso análisis de lo leído, besos en alas de los vientos.

 

Gracias, Jose.
No sabes como aprecio tus palabras en este tema. Lo cierto es que me encanta la prosa, me encanta porque puedo desnudar el interior con palabras reales, con sentimientos de verdad, por muy cruentos que estos sean. Parece que de veras me traslado a esos mundos. Ya no temo a la Casa Gris, ya he navegado en su alma, y tiene vida, y la vida puede morir, si me toca, la mataré...Entre esas paredes me he hecho más fuerte. El aire denso de allí, me ha enseñado a respirar lo irrespirable y ya no temo casi a nada...
Oye a todo esto, la de la Casa, no soy yo, es Claudia...
Gracias, por tu ofrecimiento, como casa de reposo el sol siempre viene bien...pero aun necesito aprender a distinguir el sol de las oscuridades...
Tus bromas ya las conozco, y ya no te reconocería sin ellas, mi caballero andante...
Gracias por ofrecerte a "velar armas"mi estimado Lanzarote del Lago...
Besos...

 

Sí, ya sé que se trata de Claudia, jajaja, pero, como dije, he presentido dualidad en ese relato.
Y bueno, si aún te cuesta distinguir entre sol y oscuridad....¡vente a mi casa del Lago de luz, azules, verdes, y dorados de otoño!, jajajajaja, que soy buen maestro y te enseñaré a distinguir, jajajajajajajajaja, que este Lanzarote estaría encantado de servir a tan bella dama, y de rendirle pleitesía, jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja.
Besos, mi señora, a vuestros pies, os rindo devoción y entrega, jajajajajaja, besos en alas de los vientos.

 

Mi querida Sandra: No puedo evitar sentir el desamparo en que se encuentra Claudia. Me duelen sus terrores, me acobardan sus miedos. Ese triste afán de perderse en la nada, esa sensación abrumadora de no poder dar un paso más. Ese gris omnipresente, gris que pinta el cielo, gris que tiñe el suelo, las paredes, gris que busca esa oscuridad incompleta donde anegar el alma de Claudia. Pero me alegra saber que en ti tiene una amiga, un apoyo. Dale mis recuerdos la próxima vez que te acerques a la Casa para verla.
Para ti, un fuerte abrazo.

 

Aun en las oscuridades me sacas una sonrisa...
Precisamente hoy, la casa estaba cubierta por una nube espesa difícil de traspasar...Esperaba la noche, para poder distinguir su silueta y ahí está, presente como siempre...con todo su terror, pero también su pasión rebosante de vida...
Gracias mi noble caballero por tan excelente ofrecimiento