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Claudia y el ángel de chocolate...

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por Lirae, 29 de Agosto de 2017. Respuestas: 1 | Visitas: 647

  1. Lirae

    Lirae Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Hace tantos días que no visito la casa gris...por mas que lo intento, siempre surgen cosas en el camino que no me dejan llegar...se cierran los trayectos sin razón aparente, se apagan de luz los senderos y no encuentro las puertas. Pero aunque hablar cara a cara con Claudia se hace mas difícil, sin embargo nuestro vinculo es cada vez mayor, y nuestras palabras se cruzan entre letras…
    Le escribo y ella responde…le pregunto en que laberintos ha caminado estos días, y ella hace de esos enredos un paisaje que yo puedo comprender y hasta aprender de él...
    ¡Que bien me siento contigo , Claudia!
    Este es su último relato...

    Mi estimada amiga, ciertamente se me hace larga tu ausencia. Necesito empaparte de mis historias, para que mi mente tenga pies y cuando tu las vivas hagas de mi memoria algo real. Cuando hablo contigo es cuando siento que respiro, que estoy viva.
    No se que ha cambiado hoy en mi salida nocturna...No se si ha sido que he dejado de recibir corrientes de amor eléctrico que perturbaban tanto mi alma, que hoy, hoy me siento muy cuerda y además libre, hoy siento que soy yo en cuerpo y alma, capaz de tomar mis decisiones sin miedo alguno…
    Con toda parsimonia y tranquilidad he abierto mi armario he cogido mi falda azul turquesa, y una blusa blanca...creo que me sienta estupendamente, al menos eso creo cuando me miro al espejo. No puedo pedir opinión, ya sabes que en mis salidas, el mundo duerme, sólo se hayan despiertos aquellos que mezclados en mis historias se cruzan en mi camino.
    Atravieso las rejas de mi prisión y camino por las calles de mi ciudad en esta noche oscura. Me siento tan sola….aunque como siempre, no echo de menos nada…Me paro frente a un escaparate, no se si lo hago por lo que allí se oferta o por la luz que desprende, tan ausente casi siempre en mis salidas. Hay tantísimas cosas tras el cristal...pero yo sólo las miro desde fuera, para mi siempre estará cerrado….
    He llegado a una especie de kiosco, donde hay dos mesas separadas y unas cuantas sillas...Decido sentarme allí un rato, al fin, no pasa nada extraordinario esta noche, no se ni porque he salido, que razones hay para mi escapada…
    Pero allí no estoy sola, entre las sombras veo a alguien sentado en la otra mesa que me saluda y parece esperar algo o a alguien, no se...Yo me digo, que sólo deseo esperar a mi amado y es ese pensamiento el que ocupa mi mente cuando aparece él...es un niño, un niño con cara de angelito, que se me acerca y me sonríe con todo lo que sus labios son capaces de extenderse….Nos quedamos mirando durante unos instantes donde compruebo a pesar de la oscuridad que el pequeño con sonrisa y cara de ángel tiene sus dientes y labios completamente llenos de chocolate. No pude amiga, retener mi ternura y le sonreí. ¡Que hacia aquel pequeño delante mio con toda su hermosura e inocencia!
    La persona que estaba sentada en la otra mesa me advertía que si me acercaba, el pequeño estropearía mi ropa y que yo estaba muy hermosa para que eso ocurriera...Pero yo seguía sopesando entre las manchas de mi ropa y un abrazo de aquel pequeño...Ya me conoces, ya sabes mis debilidades, le amé tanto, tantísimo que le tomé entre mis brazos y le abracé largo rato. En efecto, mis ropas quedaron inservibles, aquel chocolate jamás seria borrado de mi camisa y mi falda, pero lo consideré una marca de amor...del amor verdadero que no se borra…
    El pequeño tomó mi mano y me sacaba con insistencia de aquel kiosco, mientras la otra persona me advertía sin moverse de su sitio que no me fuera...que las palmeras se movían con espasmos de tormentas...Pero aquel pequeño, consiguió llenar mis pulmones de abrigo, y me dio igual la lluvia. Yo sólo necesitaba la paz de aquel niño, de su alma de ángel que había hecho de aquella noche sin sentido una noche real para mi...Que había encendido las luces para que yo me nutriera de vida. Y eso hicimos, comenzamos a andar tomados de la mano...él me guiaba como un adulto y yo le seguía con mis ropas tan llenas de chocolate como una niña...
    Nuestras almas, se habían mezclado...
    Por eso, aun hoy, su sonrisa sigue en mi pensamiento y su ternura acariciándome el alma…

    Decirte también que espero verte pronto por la casa gris, y que podamos charlar de tantas cosas que tenemos pendientes en este salón llenos de almas donde siempre nos encontramos…

    PD. El jardinero ha cortado rosas, rosas amarillas, esas que tanto te gustan...espero que su frescura te espere...

    SHA.
     
    #1
  2. Luis Á. Ruiz Peradejordi

    Luis Á. Ruiz Peradejordi Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Es un relato lleno de ternura. Un cuento que se desborda de poesía. Uno se pierde por esas calles, de la mano amiga que nos lleva, con ese regusto a chocolate prensido en los labios, en la camisa, en el abrigo, en el alma...
    Mis más cordiales felicitaciones. Saludos. Luis.
     
    #2

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