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Claudia y el mar que la engulle...

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por Lirae, 21 de Noviembre de 2017. Respuestas: 1 | Visitas: 573

  1. Lirae

    Lirae Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Algunos días mis laberintos son mas oscuros si cabe...Me invade el temor, las dudas de los caminos a seguir y doy vueltas y vueltas intentando buscar una salida.

    No se si son mis continuos dolores de estomago por esta medicina que mi cuerpo no tolera, y que a pesar de decirle al doctor Doile que no puedo con ella él no impide que la tome, que me siento como si navegará en un barco constantemente.
    Y allí despierto, en una especie de camarote lleno de almas, sin aparente interés por la vida. Yo estoy sentada en un banco de madera tras una mesa, y desde ahí puedo observar algunos rostros que me son conocidos, personas que viven conmigo en la casa gris.
    Les observo y parecen todos haber tomado el color de la casa, la vida de la casa, el aroma de las rosas con las que Pablo, el jardinero, adorna los salones cuando es tiempo de podarlas, o casi se van a marchitar...Rosas que se agostan pronto y que huelen a cementerio.
    Aunque tengo que decir en su favor que, a mi siempre me regala una amarilla y fresca, me besa la cabeza y me dice, ¡para ti la mejor, mi querida Houdini!
    Pablo lleva tantos años allí que nos conoce a cada uno como la palma de su mano...Yo llegué a pensar que era parte de la casa gris, pero no, él cuando acaba su jornada se va a su morada de colores. Le echaré de menos cuando no le escuche en el jardín…
    Busqué sin embargo el rostro amado de Aitor, nuestro fiel amigo, necesitaba a alguien para que andase a mi lado, para intentar salvar nuestras vidas, lanzándonos juntos a aquel mar embravecido que a pesar de querer engullirnos, nos daba la oportunidad de ser libres.
    No se como, llegué a tierra, supongo que alguien por misericordia, cerró mis ojos y mis pulmones y como un ave moribunda, me traslado hasta tierra firme. No se tampoco donde quedaron los demás, perdí de vista el barco, y a los que además de Aitor, habían saltado conmigo…
    No quise pensar mucho en ese momento en ellos, pues ya tenia el cupo del dolor en espera de otra lista y no me cabía más.
    Por no caber, no me cabe ni siquiera la vida que me queda por vivir, quizá, es por eso que tú y yo compartimos vida, amiga mía, para intentar gastarla, para tratar de salir de esta interminable cola de almas sin vida, para procurar revolvernos tanto que caiga el plomo de nuestras alas, para aprender la paciencia que aun no nos sobra.

    Gracias, por estar ahí y leerme.
    Claudia.

    SHA,
     
    #1
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  2. Luis Á. Ruiz Peradejordi

    Luis Á. Ruiz Peradejordi Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Siempre hay una mano que nos ayuda, un par de brazos que nos acogen. A Claudia, no podía ser menos, también hay quien la espera, quien la busca, con frenesí, con afán, con dulzura. Espero que tenga mucha vida por compartir, muchos afanes que contar, muchos sueños por realizar. Tal vez ahora, en tierra firme....
    Encantado de pasar por tus relatos. Un cordial saludo.
     
    #2

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