Cleptómanos de pura cepa

Cleptómanos de pura cepa

Ciudad palo, orvallos de pis
empapan “la lisa” del asfalto.
Tiendas de ropa
con cadáveres de Shiva,
jirones de ex culíes esclavos.
Un revolver. Faros de neón
y ojos de cama en la espuma
de una jarra.
Una pierna apenas
velluda y un pezón sin carne.
-Aplausos para H.E.Y.D.I.-
El cubo lleno de cicatrices.
Un paso, dos pasos,
un lisiado tocando una tarola
de plástico
y una tuerta en contrapunto
con un micrófono.
Bodegas de vitrinas de licor
de pasas y negras con jean.
Las pupilas de un tigre
bajo el puente.
Olor a grasa quemada, sonidos
de bolsas de jebe.
Inhala / Exhala. Inhala / Exhala.
La pintura entre los dedos
y la pólvora en las manos.
Crímenes de escalera caracol.
Un fantasma que besa
el sexo de un cuerpo que
se desgarra en lonjas.
La dermis verdín que flota
en el reflujo de tóxicos.
Mi casa.
Madrugada.
Duerme en el mueble
quedan dos borgoñas más en la
caja.
Mi Yo es soy parte de ti
en el bocado húmedo de la luna
y la noche.

Al día siguiente...

Un empresario de
chalequito almuerza un bife
a lo strogonoff
(Chuc) y un mendigo se le acerca.
-¡Plata! ¡Plata!
-¡No! ¡Tu Alma, tu Alma!
Responde.

 

El final no esta mal,
después es todo muy premeditado.

 

Te leí y sólo pensé en la madrugada de una oscura calle cualquiera del Centro de Lima...
Gusto conocerte.

 

Gracías por pasar Iván.

 

Ajá Nicolle, así es. Los recovecos del centro.

Un abrazo.