Colmena.

Con la mente vacía, sin pensamiento,
las palabras se enrollan y se retuercen
aunque quieran decir y aún más se esfuercen
nada pueden hilar es un vano intento,

y asustadas me lloran, están perdidas
balbucean, se estiran y se deforman,
pero las dejo solas, no se conforman,
y les sale un gemido, lloran heridas.

A veces no es posible, no nace el canto,
las cuerdas están rotas y la madera
se ha roto en el costado y así no suena.

Solo crujen los restos y es un espanto
mirar todo deshecho, lo que antes fuera,
de versos y canciones una colmena.​

 

Las palabras te buscan...
hasta que tú te encuentras.

 

Gracias por pasar por este olvidado soneto y por tu agradable comentario, Nicolás. Un abrazo.